En
su diario hizo Calixto García una larga anotación el 11 de marzo de 1874
rememorando acciones pasadas. Dice que en marzo de 1870:
“Al
fin recibí orden de Gómez en la que me hacía saber ordenaba el Gobierno
ayudáramos al General Modesto Díaz[1],
que iba a invadir a Bayamo. Nosotros debíamos hacerlo por Jiguaní, por lo que
emprendí marcha a reunirme a Gómez, que me citaba para Naranjo. Yo creí que la
desgracia se había cansado de perseguirme, pero pronto me convencí de lo
contrario. No bien llegué a Naranjo cuando el cólera se declaró en mi columna.
Los casos se sucedían y la muerte del atacado era infalible, pues no teníamos
médico ni medicinas siquiera para controlar la epidemia. Los muchos remedios
que empleábamos eran la hoja de salvia y la cáscara de guayaba. Va un ejemplo
de nuestro sistema médico:
“El
Capitán Limbano Sánchez tenía un miedo cerval a la epidemia y para mantener en
salud su compañía la formaba por la mañana y la tarde, y hacía hervir mucha
hoja de salvia en una paila de cocer guarapo y quieras o no les propinaba a
cada soldado una o dos jiquaras[2]
que contenía cada una lo menos una botella de aquel infernal especifico. Inútil
creo decir que muchos salían de la formación echando las tripas y a veces se
presentaban vómitos coléricos que pronto conducían a la sepultura al
desventurado paciente.
“Al
fin el cólera se cansó de matar y pude continuar mi marcha, no sin presentarse casos de vez en cuando hasta que
entramos en la jurisdicción de Jiguaní”.
[1] Modesto Díaz Álvarez. Nació en República Dominicana en 1826 y murió
en ese país el 28 de agosto de 1892. Se trasladó a Cuba en 1865 al concluir la
guerra de Restauración como partes de las reservas dominicanas del ejército
español. En 1868 se unió a las fuerzas liberadoras y combatió hasta el final de
la guerra.
[2] Debía decir: Jícaras. Vasija
rústica hecha con el fruto de la
Guira.
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