jueves, 22 de noviembre de 2018

Calixto García Iñiguez - Correspondencia / Fragmento de carta al General Manuel (Titá) Calvar. ¿3 de septiembre 1874?



En: Figueredo, Fernando. “La Revolución de Yara”, pág. 65.
Estamos de enhorabuena; el enemigo, sin alcanzar yo los motivos, se ha atrevido a solicitar formalmente, por medio de un comandante que ejerce en Manzanillo las funciones de fiscal y que dice representar al Comandante General, Brigadier Sabas Marín, unas entrevistas[1] con el General Barreto, de Bayamo, según me participa dicho jefe, ya ha celebrado dos conferencias con el comandante, quien es acompañado de un conocido cubano llamado Esteban de Varona. 
José Miguel Barreto
La cosa parece que tiene carácter serio, porque ha llegado a presentar al General Barreto las célebres proposiciones de paz[2], que en copia le adjunto, para que con su lectura disipe un poco el cansancio y el mal humor que le han de producir las lomas y la falta de recursos de este territorio.
Yo he enviado al Coronel Céspedes al Gobierno con los documentos, aunque sólo sea para que tenga conocimientos del asunto y en cumplimiento de mi deber. De todos modos, algo hemos logrado, porque el venezolano (General Barreto), me participa que ha interesado al español en un negocio por el cual éste se compromete a enviarle desde Jamaica un bote con municiones de guerra, ofreciéndole Barreto, en cambio, mieles, cera, majaguas, etc. 
A pesar de ordenarle yo [que] corte inmediatamente las conferencias con los españoles, le aconsejo que trate de asegurar, por lo que nos importa, la negociación de Jamaica. 
Temeroso de que Barreto, desconociendo a los españoles, y aún la índole de nuestra guerra, vaya más allá de lo regular y se comprometa en un lance desgraciado, he resuelto marchar yo a Bayamo[3], para donde saldré pasado mañana.
Escribiré a Ud. el resultado de mi viaje a aquella región.  Con este motivo queda aplazado hasta nueva orden el placer de ver a Ud.  



[1] La raíz de las conversaciones ente el General Barreto y las autoridades colonialistas de Manzanillo, tuvo como origen la captura del agente mambí Esteban de Varona, alias Marqueta, al ocupar los españoles la documentación privada de Céspedes en San Lorenzo. Por parte de los colonialistas, se preparó una hábil maniobra diversionista haciendo creer a los cubanos en la posibilidad de conversaciones a partir de unas supuestas proposiciones del paz.  Para el prisionero Marqueta, su participación en el juego perseguía el fin de engañar a sus captores y escapar a la manigua. Las proposiciones de paz fueron elevadas por Calixto, sin comentarios al Gobierno de la República en Armas. Para una información detallada de este “lazo” del enemigo consúltese a Fernando Figueredo, La Revolución de Yara, conferencia tercera, págs. 64-66 y 67-69, una interpretación diferente véase en Ignacio Mora, (“Ana Betancourt”) pág. 218
[2] Según Fernando Figueredo en “La Revolución de Yara”, pág. 64: Las proposiciones de paz son las siguientes:
1.     En la Isla de Cuba ondeará el pabellón español.
2.     La Isla será regida por un Capitán General nombrado por el Supremo Gobierno de Madrid y por un Consejo o Congreso, compuesto de residentes en el país a donde pueden acudir a la vez españoles y cubanos enviados por el sufragio.
3.     España mantendrá en Cuba el ejército de línea sólo indispensable para guarnecer sus plazas fuertes. El Ejército en general lo compondrán milicias cubanas con jefes cubanos también.
4.     Los grados del Ejército cubano que hoy lucha por la separación, serán reconocidos por el Gobierno español y mandarán las milicias de la Isla.
5.     La esclavitud se someterá a un concienzudo estudio del Congreso cubano, que elevará su resolución al Gobierno Superior de la Nación para su sanción.
6.     Tan pronto como España deje de ser República, dejará de indear en Cuba la bandera española y la sustituirá la separatista.
(Estas fueron, en resumen, las extrañas proposiciones que de Bayamo habían enviado al General García y que él, sin comentarios, elevó a su Gobierno a tiempo que a marcha forzada se dirigía a Bayamo).
[3] Además, Calixto García marchaba al encuentro del General Barreto para ejecutar una reestructuración en los mandos. Barreto escribió al Mayor General Vicente García: “yo esperaba con ansiedad al General Calixto García con el llamado a mejorar la mala situación de Bayamo, haciendo algunas reformas para lo cual yo no tengo facultades” (Carta de 15 de Septiembre de 1874).  En otra carta del día 25 le aclaraba Barreto al mismo destinatario: “(…) impuesto minuciosamente de todo y pertrechado a la vez de la necesidad de dictar alguna medida que diera por resultado la organización de este distrito, traía [Calixto] el plan de colocar a Mármol en Guantánamo y Guevara en Guaninao”.  (Véase ambas cartas en:  Archivo Nacional de Cuba. Fondo: Donativos y remisiones, caja 463, número 7.

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