Fragmento
tomado de: Discurso leído por Gerardo Castellanos en la sesión solemne del 10 de
octubre de 1937
Desde
1834 mandaba sobre Cuba el más insolente y soberbio de los gobernadores
españoles que la metrópoli mandó a la Isla, Miguel Tacón[1],
que fue quien apenas llegado a La Habana desterró a José Antonio Saco.[2]
Por
entonces y ya desde antes (desde siempre), la región de Santiago de Cuba se
distinguió por un típico y agresivo criollismo. Debido a quela ciudad mantenía
latente el recuerdo de haber sido de las primeras en fundarse en la Isla y la
segunda capital de Cuba, no cejaba en su orgullo y rivalidad con La Habana.
Su influencia era tan grande que, no obstante el poder del Gobernador General,
mantenía los de Santiago ciertas relaciones civiles directamente con la península. Y asimismo allí radicaba el único arzobispado.
De
ahí que los gobernadores orientales fueran la pesadilla de los Capitanes
Generales.
Mariscal Manuel Lorenzo |
En
1835 fue nombrado Gobernador y Comandante de dicho Departamento el mariscal de
campo Manuel Lorenzo, español culto y de opiniones liberales quien apenas asumió
el mando se rodeó de los cubanos más distinguidos, entre ellos Francisco Muñoz
del Monte y Porfirio Valiente, lo que le valió inmediata popularidad entre los
vecinos y lo malquistó con el Gobernador Tacón y con el arzobispo fray Cirilo
de Alameda, iniciándose tirantez insoportable, que culminó al ocurrir el motín
de La Granja[3]
y ponerse en vigor (1836) en España la antigua Constitución.
En
Santiago de Cuba el gobernador Lorenzo hizo que las autoridades y el clero
juraran la Constitución. Pero ese acto Tacón lo juzgó imprudente e ilegal,
entendiendo que la Isla no tenía derecho a disfrutar tales beneficios, por lo
que el gobernador fue destituido.
Lorenzo
prendió al emisario de Tacón y en 2 de octubre de 1836 lanzó un bando que
significativamente va dirigido a los "cubanos". Por tal motivo estalló
la guerra entre el Gobernador de Oriente y el de la Isla.
Bayamo
se puso del lado de Lorenzo, y Tacón no solamente ordenó un bloqueo por mar,
sino que envió una columna sobre Santiago. El Gobernador de la provincia tuvo
que huir hacia Jamaica (diciembre 1836) debido a que la mayoría de sus
subordinados le hicieron traición.
Véanse:
“Crónicas de Santiago de Cuba”, Emilio Bacardí; y “El Juicio de Residencia de
Miguel Tacón”, e “Historia de la Isla de Cuba”,por Jacobo de la Pezuela.
[1]Miguel Tacón y Rosique (Cartagena,
10 de enero de 1775 - Madrid, 12 de octubre de 1855) Fue un noble, marino y
militar español, teniente general de la Real Armada, Mariscal de Campo del
Ejército de Tierra y Primer Duque de la Unión de Cuba.
Biografía:
En el mes de octubre de 1789 sentó plaza de guardiamarina en la compañía del
departamento de Cartagena. Abandonó la academia con el grado de alférez de
fragata, el 5 de septiembre de 1791, ordenándosele embarcar y realizando
cruceros por los cabos de Santa María y San Vicente, puntos de recalada
obligados por los buques provenientes de América. El 22 de noviembre de 1794,
se le ascendió al grado de alférez de navío, con el que prosiguió como oficial
subordinado en cruceros y comisiones, sobre todo en aguas de la Península.
Después
de largas navegaciones por el Mediterráneo, el 5 de octubre del año de 1802, se
le ascendió al grado de teniente de fragata. Participó en el combate sobre la
defensa de Orán embarcado en el jabeque Lebrel, pasando posteriormente ya como
comandante de la goleta Furia, a ser parte integrante de las fuerzas sobre el
gran bloqueo de Gibraltar. Participó en el desastroso combate de Trafalgar; por
su valor reconocido se le otorgaron los galones de teniente de navío en 1806.
Posteriormente
lo destinaron a las fuerzas que se dedicaban a hacer el corso contra los
argelinos y los británicos, con lo que volvió a demostrar sus dotes de mando y
su valor personal. Estando al mando del bergantín Vigilante, por una
desgraciada maniobra, sufrió un abordaje con el navío de línea San Carlos,
sufriendouna fuerte contusión en el tórax. Al recuperarse de esta lesión, se le
destinó al ejército como capitán de infantería, pero con el grado interino y
responsabilidades de teniente coronel.
En
1810 se le nombró Gobernador militar y político de Popayán, en Colombia, donde
por aquellos días se produjo el levantamiento contra la Corona. Combatió con
denuedo, pero ante la falta de efectivos y ayuda de la metrópoli, los
insurrectos consiguieron ir ganando el terreno. En 1811, ya derrotado por los
colombianos, se tuvo que refugiar en la ciudad de Lima, donde llegó con tan
solo veinticinco hombres. Permaneció en aquellas tierras, prestando sus
servicios en el Perú, hasta que le llegó la noticia de su ascenso a mariscal de
campo, en 1819, y con ello el regreso a España, pues el virrey Joaquín de la
Pezuela quería comunicar el estado de aquellas tierras al Gobierno, su falta de
medios de todas clases para poder mantener su dominio, ya que comenzaba en
ellas la revolución independentista.
El
Gobierno lo nombró Gobernador de la ciudad de Málaga, donde permaneció poco
tiempo, pues se le ordenó en pasar con el mismo cargo a la ciudad de Sevilla,
en 1823. Permaneció en esta ciudad hasta 1834, en que se le ascendió a teniente
general y se le nombró Gobernador de la Siempre Fiel isla de Cuba, donde llegó
y tomó el mando el 7 de junio de 1834.
El
buen gobierno de la isla en materias cotidianas y de obras públicas, sobre todo
en La Habana, estuvo ensombrecido por sus actos despóticos y su fomento del
comercio de esclavos. A su regreso a España en 1852, durante el reinado de
Isabel II, fue nombrado senador.
Referencias:
·
«Tacón y Rosique, Miguel. Marqués de Unión de Cuba». Senado de España.
·
Martínez-Valverde
y Martínez, Carlos. «Enciclopedia
General del Mar».
Garriga, Madrid, 1957.
[2] José Antonio Saco y López Cisneros
(Bayamo, Cuba, 7 de mayo de 1797 - Barcelona, España, 26 de septiembre de 1879)
fue un sociólogo, periodista, historiador y economista cubano. Dio a conocer la
identidad nacional cubana y se opuso a la corriente anexionista con Estados
Unidos que existía en la isla por aquella fecha.
[3] El motín de La Granja de San
Ildefonso o motín de los sargentos de La Granja fue una sublevación que tuvo
lugar en España entre el 12 y el 13 de agosto de 1836 durante la Regencia de
María Cristina de Borbón en la que un grupo de sargentos de la guarnición y de
la guardia real del palacio de La Granja de San Ildefonso (Segovia), donde se
encontraba la regente con su hija Isabel de cinco años de edad. Los rebeldes
obligaron a María Cristina de Borbón a que volviera a poner en vigor la
Constitución de 1812 y que nombrara un gobierno liberal progresista presidido
por José María Calatrava con Juan Álvarez Mendizábal de nuevo en la cartera de
Hacienda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario