En: Biblioteca
Nacional de Cuba, Colección Morales, No. 400
Sr. Hilario
Cisneros
Madrid 13
de Septiembre 1875
Mi estimado
amigo.
Sin haber
recibido contestación a la que le hice el mes pasado y que temo no haya
recibido, le hago esta para comunicarle algo sobre mi situación. El otro día
vino a verme un Sr. de bastante influencia aquí, el que me manifestó que se
comprometía conseguiría mi libertad pero que había que hacer gastos; y que era necesario
que se depositaran tres mil pesos en manos de un banquero de confianza, los
cuales no recibiría el Sr. que arriba indico más que en el caso de conseguir mi
libertad y encontrarme en el extranjero, corriendo de su cuenta facilitarme
pasaporte y demás necesario.
Poco caso
hubiera yo hecho en ese asunto, a no haberme dicho todos los amigos de esta que
ese Sr. era un individuo que podía hacerlo y como no quiero que por esa persona
se enmarañara, [Sic.] que no hice esfuerzos por conseguir la libertad, por no
volver a unirme a mis hermanos y sufrir las penalidades de la campaña, cuando
ese es mi deseo más ardiente, le escribo a Ud. esta para que vea con el agente
de esa, si es posible remitirme esa cantidad y en ese caso lo haga lo más
pronto posible a un banquero de confianza de esta ciudad pero antes de todo lo
pido que con la franqueza de hermano si Ud. ve que no es posible que se acceda
a mi solicitud, bien porque el sacrificio que yo pido sea demasiado grande o
porque los recursos escaseen; no haga uso de esta carta y me diga su opinión
pues sentiría dar un paso inútil.
Diríjame la
contestación por el mismo conducto que reciba esta, pues es el más seguro y
breve.
Le incluyo
cartas para mis hijos que Ud. me hará el favor de entregarles.
¿Qué hay en
Cuba? Dígame algo amigo mío, pues según lo que veo por un boletín que llegó a
mis manos ha renunciado Santa Lucía[1] y como ignoro los motivos,
temo que ya empecemos a demostrar que no en vano descendemos de los españoles.
Se despide
de Ud. con un afectuoso abrazo su hermano,
Calixto G.
Iñiguez
[2] Marqués de Santa Lucía, Salvador Cisneros
Betancourt, Presidente de la República de Cuba en Armas en el momento en que el
General Calixto García fue hecho prisionero.
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