miércoles, 28 de noviembre de 2018

Calixto García Iñiguez - Correspondencia / Carta de 18 de noviembre de 1897 dirigida a José B. Alemán.



Corralito, Bayamo, Noviembre 18 de 1897.
Señor José B. Alemán[1].
Muy Sr. mío y compañero:
José B. Alemán//Secretario de la Guerra en el Gobierno de Cuba en Armas después de la Asamblea de La Yaya.
Oficialmente he contestado sus apreciables comunicaciones sobre Constitución, Consejo de gobierno etc., etc., pero a más de felicitar a Ud. particularmente por el puesto que le ha confiado la Asamblea deseo tratar en este terreno un punto de aquellos para resolver lo que he de contestarle en el terreno oficial. Me refiero al cargo de Lugar Teniente General con que ustedes me honran.
Deseo saber las atribuciones de ese cargo antes de contestar sobre su aceptación o renuncia. Si es solamente honor que se me hace se lo agradezco profundamente a Ustedes y a la Asamblea que me recomendó para él, pero no lo aceptaría; más si es un cargo efectivo que pueda redundar en beneficio de las fuerzas que sirven a mis órdenes y de Cuba, entonces, sí. Le hablo a Ud. francamente. El puesto para mi tiene graves inconvenientes y no crea Ud. que ambiciono ese ni no otro y sacrificaría mi conveniencia si se tratara de hacer un bien al Ejército y por lo tanto a la patria, de lo contrario, como es un honor personal, lo agradezco y no perjudico a nadie declinándolo. Digo esto porque si el Lugar Teniente no puede, como se decía, proponer al gobierno las recompensas militares sino en el caso de incomunicación con el General en Jefe y esa incomunicación no existe ni yo consentiré que exista, la facultad que se confiere por un artículo adicional de la Constitución es ilusoria y los individuos del Ejército sufrirán siempre, aunque yo aceptara los inconvenientes de la dificultad y la demora que realmente existen, y el evitar ese perjuicio al Ejército sería lo único que perdiera moverme a aceptar el cargo pues por mí personalmente ni deseo más atribuciones ni me traen ningún beneficio. Sobre el mismo asunto escribo a nuestro común amigo y compañero Méndez Capote y deseo que enseñándose, mutuamente estas cartas, por si hubiere dejado de decir algo a uno u otro y puestos de acuerdo con los demás compañeros resolvieran sobre el particular, haciendo abstracción de mí que de todos modos les estaré agradecido por el honor ya dispensado.
Hay otro punto que es penoso no poder resolverlo o contestarlo según Ud. atentamente me pide. La indicación que quiere Ud. que le haga para Inspectores y Sub-Inspectores. No conozco las atribuciones o los derechos y deberes de esos empleados y por lo tanto no puedo decir qué personas me parecen aptas para desempeñar esos destinos porque como Ud. comprenderá la aptitud de las personas esta en analogía con las facultades y obligaciones del cargo.
Al Consejo pasado le escribí varias veces particularmente pidiéndole Leyes para saber a qué atenerme, pero no me las mandó nunca, aunque dicen que hay una Ley de Organización Militar, Ordenanzas Militares y hasta, según me dicen ahora, una Ley Penal y otra Procesal, etc. y el General en Jefe no me las mandó, si las tenía, sin duda por la dificultad en las comunicaciones; creyendo que el Gobierno las habría publicado. Si Ud. me manda esas Leyes o me dicen por lo menos cuáles son las atribuciones de los Inspectores tendré mucho gusto en indicarle quienes pueden serlo. Agradezco su deferencia respecto a que le haga las indicaciones que estime oportunas para el bien del Ejército.
Con gusto me ofrezco su afmo. amigo y compañero.



[1]Alemán Urquía, José Braulio (1866-1930) General de División. Periodista. Nació en Santa Clara, Las Villas, el 23.3.1866. El Partido Revolucionario Cubano lo responsabilizó, junto con Francisco LópezLeyva, para la organización de la guerra en la región de Santa Clara. Se alzó el 5.9.1895 alfrente de un grupo de patriotas que lo aclamaron con grado deComandante. Poco después fue nombrado jefe del Regimiento CentralVillaclara (1ra Brigada 2da División 4to Cuerpo). En enero de 1896 recibió el mando de laBrigada. Participó en los combates de Manajanabo (8.2.1896) yPotrerillo (22.3.1896), y dirigió, sin éxito, el ataque al poblado de Cruces, el 4.5.1896. El 23 de ese mes libró la acción de laPimienta. También se desempeñó como jefe accidental de la División y subinspector del 4to Cuerpo. Libró un combate en Mal Tiempo, el31.5.1897. Fue elegido representante, por el 4to Cuerpo, a laAsamblea Constituyente de La Yaya (10.10.1897) y nombrado
secretario de la Guerra del Consejo de Gobierno presidido por elMayor General Bartolomé Masó, el 29.10.1897. Se le encargó laelaboración de una nueva ley de organización militar, la cualpresentó al Consejo el 1.12.1897 y fue aprobada una semanadespués. Por divergencias con el Consejo de Gobierno, renunció al cargo el 15.2.1898, locual le fue aceptado un mes más tarde con la condición de que concluyera la elaboración delproyecto de las ordenanzas militares que se le había encomendado. Terminó la guerra con lacategoría de jefe excedente. Ascensos: a Comandante, 5.9.1895; Teniente Coronel, 30.9.1895; Coronel,5.2.1896; General Brigada, 6.8.1897; General de División, 1.8.1898. El 15.9.1900 fue elegido delegado, por LasVillas, a la Asamblea Constituyente, en la que se mantuvo intransigente en contra de laaprobación de la enmienda Platt. El 1.12.1905 resultó elegido gobernador de la provincia deLas Villas; pero el segundo gobierno interventor militar norteamericano lo obligó a renunciarel 30.11.1906. En 1925 fue nombrado embajador en México, cargo al que también renunciópara ocupar la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes en el gabinete del gobierno de Gerardo Machado, el 14.12.1926. Murió en Rancho Boyeros, La Habana, el 15.1.1930.

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