martes, 20 de noviembre de 2018

Calixto García Iñiguez - Diario / 19 de marzo de 1874



La confirmación oficial de la muerte de Carlos Manuel la he recibido. Ninguna duda abrigo ya. Murió a manos de los bárbaros que habrán celebrado como una gran victoria la muerte de un anciano indefenso. Creen con esto que la revolución dejará de seguir con la misma pujanza, sin comprender los verdugos en su salvajismo, que el árbol de la libertad que se riega con sangre, no perece nunca[1].


[1] Hay un criterio bastante generalizado entre los estudiosos de ese periodo que Calixto no brindo la protección que necesitaba Céspedes y que el General el Gobierno lo abandonaron a su suerte, además de que le negaron el permiso para salir del  país. No es nuestro objetivo analizar las circunstancias en que murió Céspedes ni la responsabilidad de Calixto, tampoco si era posible tomar más medidas para la protección del ex presidente, dado el tipo de guerra que se realizaba en Cuba. Cierto que independiente de la responsabilidad del ejecutivo o el mando militar lo mas lógico hubiera sido agilizar lo mas rápido posible la salida de Carlos Manuel hacia el exterior. Céspedes fue sometido a la humillación. Si era difícil organizar su protección en el territorio de Cuba lo mas lógico hubiera sido permitirle salir rápidamente al exterior.

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