Por: César Hidalgo Torres
Un
año llevaba Calixto García trabajando en la tienda del tío en el Bayamo.El 17
de febrero de 1854, sin que sepamos las causas, pero creyendo que debió ser por
alguno de los excesos de carácter de Santiago, un desconocido le dio un
machetazo en la cabeza.
Sin quitarle el machete, que se encajó en el cráneo del muertecito, trajeron el cadáver y lo dejaron caer a la entrada de la tienda.
El muchacho decide que se quedaría en Bayamo, atendiendo la tienda y todos los negocios que habían sido del tío; pero poco es lo que puede hacer un jovencito de 18 frente a los intereses españoles. Cada día los impuestos fueron más abusivos. Calixto lo intenta, trabaja, paga y trabaja para tener con qué pagar más. Un día ya no puede; los prestamistas le quitan la tienda que había pasado a su propiedad después de la muerte de Santiago.
Sin quitarle el machete, que se encajó en el cráneo del muertecito, trajeron el cadáver y lo dejaron caer a la entrada de la tienda.
El muchacho decide que se quedaría en Bayamo, atendiendo la tienda y todos los negocios que habían sido del tío; pero poco es lo que puede hacer un jovencito de 18 frente a los intereses españoles. Cada día los impuestos fueron más abusivos. Calixto lo intenta, trabaja, paga y trabaja para tener con qué pagar más. Un día ya no puede; los prestamistas le quitan la tienda que había pasado a su propiedad después de la muerte de Santiago.
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