jueves, 1 de noviembre de 2018

Calixto García Iñiguez - Biografía 20

Por: César Hidalgo Torres

Carlos García Vélez, hijo del General contó que cuando Calixto estaba por cumplir los once años de su edad, a la casa holguinera de la tía María del Rosario Landín, donde vivía la familia, vino un negrito del Camagüey, unos cuatro años mayor que el padre.
Joaquín de Aguero, patriota independentista cubano
(La siguiente reconstrucción, aunque basada en hechos reales, es ficción)

Esa calurosa tarde está Lucía en su comadrita, con un rosario en la mano, los ojos cerrados, rezando. La sala de la casa solitaria, silenciosa como le gusta a doña. Y entonces vino la negra Ignacia con rostro de conspiradora.
IGNACIA: Yo lo sé clarito mi ama, que usted no quiere oírme a mí cuando está hablando con la Virgencita.
Lucía abre los ojos y los fija en la esclava.
IGNACIA: Pero deberá venir sin hacer ruido, que es urgente.
Por el corredor interior de la casa fueron Lucía e Ignacia. Al final del pasillo, como tres conspiradores, están la tía de Lucía, Calixto de diez años y un negrito de quince.
IGNACIA (EN SECRETO A LUCIA): Es ese el negrito que los vecinos trajeron del Camagüey.
La doña y la esclava, silenciosas, quedan muy cerca (sin ser descubiertas), oyendo lo que hablan aquellos tres. La tía, el sobrino y el negrito de espaldas a las espías. Los dos niños repiten por lo bajo lo que les enseña la tía.
TIA: Repitan conmigo, pero sin que los oigan: Que si un pueblo su dura cadena/no se atreve a romper con sus manos/ bien le es fácil mudar de tiranos,/pero nunca ser libre podrá…
Casi al final de la cuarteta descubren a las que los oyen. La tía enfrenta a la sobrina que con los ojos desaprueba el verso.
TIA (A LUCIA): No es malo que estos muchachos sepan un poco de  literatura.
Lucía no dice nada, pero queda lívida.
TIA (AL NEGRITO): Enséñale el pañuelo.
El negrito se pone en pie y va a donde Lucia, desenvuelve el pañuelo con mucho cuidado y se lo muestra. Lucía no lo toma, pero mira, curiosa.
TIA (CASI EN SECRETO): Él lo trajo del Camagüey. Es sangre de Joaquín Agüero.
Sin tomar el pañuelo en sus manos, Lucía lo mira. Después mira a su hijo Calixto, que sigue sentado en el mismo lugar donde estaba.
TIA: Por eso es que digo yo que estos niños deben saber de literatura.
Se produce un breve duelo de miradas entre Lucía y la Tía. Lucía se vuelve y emprende la retirada. Ignacia se queda dónde está. Lucía se detiene y mira a la esclava. La esclava sale a la carrerita adonde su ama. Lucía en marcha por el pasillo, Ignacia detrás de ella.
LUCIA (CAMINANDO, A IGNACIA): Definitivamente nos vamos a vivir a Jiguaní.

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