Corralito,
Bayamo, Noviembre 18 de 1897.
Señor
José B. Alemán[1].
Muy
Sr. mío y compañero:
José B. Alemán//Secretario de la Guerra en el Gobierno de Cuba en Armas después de la Asamblea de La Yaya. |
Oficialmente
he contestado sus apreciables comunicaciones sobre Constitución, Consejo de
gobierno etc., etc., pero a más de felicitar a Ud. particularmente por el
puesto que le ha confiado la Asamblea deseo tratar en este terreno un punto de
aquellos para resolver lo que he de contestarle en el terreno oficial. Me
refiero al cargo de Lugar Teniente General con que ustedes me honran.
Deseo
saber las atribuciones de ese cargo antes de contestar sobre su aceptación o
renuncia. Si es solamente honor que se me hace se lo agradezco profundamente a
Ustedes y a la Asamblea que me recomendó para él, pero no lo aceptaría; más si
es un cargo efectivo que pueda redundar en beneficio de las fuerzas que sirven
a mis órdenes y de Cuba, entonces, sí. Le hablo a Ud. francamente. El puesto
para mi tiene graves inconvenientes y no crea Ud. que ambiciono ese ni no otro
y sacrificaría mi conveniencia si se tratara de hacer un bien al Ejército y por
lo tanto a la patria, de lo contrario, como es un honor personal, lo agradezco
y no perjudico a nadie declinándolo. Digo esto porque si el Lugar Teniente no
puede, como se decía, proponer al gobierno las recompensas militares sino en el
caso de incomunicación con el General en Jefe y esa incomunicación no existe ni
yo consentiré que exista, la facultad que se confiere por un artículo adicional
de la Constitución es ilusoria y los individuos del Ejército sufrirán siempre,
aunque yo aceptara los inconvenientes de la dificultad y la demora que
realmente existen, y el evitar ese perjuicio al Ejército sería lo único que
perdiera moverme a aceptar el cargo pues por mí personalmente ni deseo más
atribuciones ni me traen ningún beneficio. Sobre el mismo asunto escribo a
nuestro común amigo y compañero Méndez Capote y deseo que enseñándose, mutuamente
estas cartas, por si hubiere dejado de decir algo a uno u otro y puestos de
acuerdo con los demás compañeros resolvieran sobre el particular, haciendo
abstracción de mí que de todos modos les estaré agradecido por el honor ya
dispensado.
Hay
otro punto que es penoso no poder resolverlo o contestarlo según Ud.
atentamente me pide. La indicación que quiere Ud. que le haga para Inspectores
y Sub-Inspectores. No conozco las atribuciones o los derechos y deberes de esos
empleados y por lo tanto no puedo decir qué personas me parecen aptas para
desempeñar esos destinos porque como Ud. comprenderá la aptitud de las personas
esta en analogía con las facultades y obligaciones del cargo.
Al
Consejo pasado le escribí varias veces particularmente pidiéndole Leyes para
saber a qué atenerme, pero no me las mandó nunca, aunque dicen que hay una Ley
de Organización Militar, Ordenanzas Militares y hasta, según me dicen ahora,
una Ley Penal y otra Procesal, etc. y el General en Jefe no me las mandó, si
las tenía, sin duda por la dificultad en las comunicaciones; creyendo que el
Gobierno las habría publicado. Si Ud. me manda esas Leyes o me dicen por lo
menos cuáles son las atribuciones de los Inspectores tendré mucho gusto en
indicarle quienes pueden serlo. Agradezco su deferencia respecto a que le haga
las indicaciones que estime oportunas para el bien del Ejército.
Con
gusto me ofrezco su afmo. amigo y compañero.
[1]Alemán Urquía, José Braulio
(1866-1930) General de División. Periodista. Nació en
Santa Clara, Las Villas, el 23.3.1866. El Partido Revolucionario Cubano lo
responsabilizó, junto con Francisco LópezLeyva, para la organización de la
guerra en la región de Santa Clara. Se alzó el 5.9.1895 alfrente de un grupo de
patriotas que lo aclamaron con grado deComandante. Poco después fue nombrado
jefe del Regimiento CentralVillaclara (1ra Brigada 2da División 4to Cuerpo). En
enero de 1896 recibió el mando de laBrigada. Participó en los combates de
Manajanabo (8.2.1896) yPotrerillo (22.3.1896), y dirigió, sin éxito, el ataque
al poblado de Cruces,
el 4.5.1896. El 23 de ese mes libró la acción de laPimienta. También se
desempeñó como jefe accidental de la División y subinspector del 4to Cuerpo.
Libró un combate en Mal Tiempo, el31.5.1897. Fue elegido representante, por el
4to Cuerpo, a laAsamblea Constituyente de La Yaya (10.10.1897) y nombrado
secretario
de la Guerra del Consejo de Gobierno presidido por elMayor General Bartolomé
Masó, el 29.10.1897. Se le encargó laelaboración de una nueva ley de
organización militar, la cualpresentó al Consejo el 1.12.1897 y fue aprobada
una semanadespués. Por divergencias con el Consejo de Gobierno, renunció al
cargo el 15.2.1898, locual le fue aceptado un mes más tarde con la condición de
que concluyera la elaboración delproyecto de las ordenanzas militares que se le
había encomendado. Terminó la guerra con lacategoría de jefe excedente.
Ascensos: a Comandante, 5.9.1895; Teniente Coronel, 30.9.1895; Coronel,5.2.1896;
General Brigada, 6.8.1897; General de División, 1.8.1898. El 15.9.1900 fue
elegido delegado, por LasVillas, a la Asamblea Constituyente, en la que se
mantuvo intransigente en contra de laaprobación de la enmienda Platt. El
1.12.1905 resultó elegido gobernador de la provincia deLas Villas; pero el
segundo gobierno interventor militar norteamericano lo obligó a renunciarel
30.11.1906. En 1925 fue nombrado embajador en México, cargo al que también
renunciópara ocupar la Secretaría de Instrucción Pública y Bellas Artes en el
gabinete del gobierno de Gerardo
Machado, el 14.12.1926. Murió en Rancho Boyeros, La Habana, el 15.1.1930.