En:
Archivo Nacional de Cuba. Fondo: Adquisiciones, Legajo 22, Número. 1546
Madrid,
28 octubre 1890
Sr.
D. Juan Gualberto Gómez
Mi
querido amigo:
Muy
ofendido estaba con Ud. pues solo me había escrito cuatro renglones a su
llegada a Cuba, ofreciendo escribirme largo el siguiente correo. Había, pues,
resuelto no escribirle, pero hará seis días que recibí una colección completa
de la Fraternidad[1]
y lo que en ella he leído me hace faltar a mi propósito; primero porque veo a
donde le ha conducido su valiente campaña y después para hacerle saber que este
amigo le quiere como antes le quería y le aplaude con todas las veras de su
alma.
Amigo
Gualberto es Ud. el único cubano que ha tenido el valor suficiente para
sostener sus ideas en la prensa de Cuba y creo que se necesita más valor para
hacer lo que Ud. ha hecho, que para luchar en el campo con los godos. Los cubanos que han probado en los campos de
batalla que saben luchar y en los patíbulos que saben morir, han probado en Ud.,
ahora, que sin armas y en medio de un enemigo inflexible saben sostener sus
opiniones con energía. Ese era el
camino, como Ud. dice, que debieron seguir los cubanos a raíz del Zanjón. Si
así se hubiera hecho no habrían transcurrido estos 12 años de vergüenza para la
patria en que se ha visto al pueblo del 10 de Octubre extender la mano a su
verdugo para mendigar libertades, recibiendo en pago punta pies. Ya tal vez sea
tarde y temo que esos degradados cubanos le abandonen a Ud. a la furia del
enemigo, pero sea cualquiera el resultado de su campaña, siempre será gloriosa
para Cuba que haya habido un hombre capaz de despojarse de cobarde hipocresías para
decir al tirano su opinión cara a cara, sin preocuparse de las
consecuencias.
Que
ejemplo a dado Ud, amigo querido, a esos indignos cubanos que mientras en voz
alta adulan a su madre patria (de ellos) en voz baja añaden que son
separatistas y que esperan conseguir la independencia por medio de la autonomía,
como si por medios indignos fuera decoroso obtener lo que para todo cubano es y
debía ser, el único ideal de su vida.
No
me escriba Ud.; pero mándeme su periódico y, si como temo
le envían a Ud. para acá, creo inútil decirle que mientras haya pan para mí y
mis hijos, lo habrá para mi hermano Juan Gualberto Gómez.
Le
abraza su
Calixto
G. Iñiguez
[1] “La Fraternidad”, publicación
realizada por Juan Gualberto Gómez en la que se denunciaba abiertamente la
política española en Cuba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario