Por: César Hidalgo Torres
En el periodo holguinero de luchas constitucionales del año 1836 fue muy diferente
la postura de don Calixto García de Luna Izquierdo y la de don Miguel JoséIñiguez de León, el primero suegro de Lucía y su padre el dicho de segundo.
El
padre de la doña se mantuvo en el bando absolutista que apoyaba al Rey y como
es muy verdad la frase que dice que a río revuelto ganancia de los
pescadores… Don Miguel José fue siempre pescador en río revuelto.
Cuando
los absolutistas lograron sofocar la revuelta, don Miguel José Iñiguez de León
consiguió que lo nombraran escribano en el gobierno español de Jiguaní y allá
se fue, dispuesto a favorecerse en todo lo que pudiera.Y se benefició mucho: sus
propiedades se multiplicaron como dicen que Jesucristo multiplicó los panes y
peces. El que ya era rico en Holguín fue más rico en Jiguaní y compró muchas
tierras.Mientras
doña Lucía estuvo en Holguín, esperando a su señor marido volviera de La Habana,
adonde había ido a acompañar al padre, preso como estaba.
Y cuando liberaron a don Calixto, el anciano y su hijo regresaron a Holguín; entonces Ramón reanudó su matrimonio y el padre de ella, enriquecido en Jiguaní, pidió al yerno que se le reuniera y que llevara a Lucía con la niña que ya le había nacido.
Y cuando liberaron a don Calixto, el anciano y su hijo regresaron a Holguín; entonces Ramón reanudó su matrimonio y el padre de ella, enriquecido en Jiguaní, pidió al yerno que se le reuniera y que llevara a Lucía con la niña que ya le había nacido.
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