Por: César Hidalgo Torres
En
Jiguaní, pueblo de las inmediaciones de Bayamo, Oriente, Cuba, comenzaron a vivir don Ramón García y doña Lucía Iñiguez y en esa villa instalaron un comercio con
fachada a la plaza principal, y con patio y traspatio. Lindaba la propiedad por el sur
con la casa de don Jaime Maine y don Leandro Llambí, por el costado del este
con la casa de vivienda de la sucesión de don Joaquín Terrón y por el oeste con
la casa también de vivienda de don Joaquín Ramos[1].
Lo anterior permite asegurar que la posición de los recién llegados era ideal
para el tipo de negocio que se proponían: un comercio.
El antiguo Centro de Veteranos de la Independencia de Cuba en Jiguaní, actual biblioteca pública, lleva el nombre del Mayor General Calixto García Iñiguez |
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(El siguiente diálogo es de ficción, aunque cree el autor de este blog que así o semejante pudo haber acontecido)
LUCIA: Ignacia, ¿le avisaste a tu amo Ramón que está servida la mesa?IGNACIA: Se lo avisé pero no me contestó, entretenido como está mirando los celajes… hay mi ama dona Lucía deme licencia usté para decirle lo que estoy comenzando a creer.LUCIA: La tienes, pero evítame una de tus groserías.IGNACIA: Es un pensamiento que me nació en la mente de pronto.LUCIA: Habla lo que sea, pero acaba de poner la mesa…IGNACIA: Y si fue que mi amo don Ramón se dio un golpe fuerte en la cabeza y se está quedando bobo?LUCIA: Dices cada estupidez.IGNACIA: Es que se queda lelo mirando ná… y a mí me da mucha lástima de él.LUCIA: ¿Por qué lástima?IGNACIA: Porque cuando se queda callao, mirando y mirando, como si tuviera sed de ver sabe Dios qué, en los ojos se le pone una tristeza tan grande al amo.LUCIA: Es la angustia de saber que el mar se interpone entre él y su madre, que está allá en Venezuela.La madre de don Ramón García era natural de Venezuela. Allá se conocieron ella y el español don Calixto García de Luna Izquierdo y se casaron poquísimo antes del estallido de la guerra de independencia que capitaneó Simón Bolívar. Don Calixto peleó en el bando de los españoles. En la batalla de Carabobo perdió un brazo.IGNACIA: (RIENDO) Que me da risa el nombre de ese lugar, Carabobo… Y me da escalofríos imaginar el machetazo que le arrancó el brazo por encima del codo a su señor suegro.LUCIA: Ya sé que no hay quien te impida hablar, Ignacia, pero habla con la lengua y sigue poniendo la mesa.IGNACIA: Sí mi amita querida…LUCIA: ¿En verdad me quieres, o me estás adulando?IGNACIA: Yo la quiero mucho, señora. ¿Y usted a mí?LUCIA: Calla y trabaja más, mujer…
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