martes, 4 de diciembre de 2018

Calixto García Iñiguez - Biografía / La familia de Calixto García es hecha prisionera



Por: César Hidalgo Torres
En su Diario de Campaña dice Máximo Gómez que en la Campaña en Holguin no contaba más que con los 200 hombres que había llevado con él desde Jiguaní, pues de los holguineros unos se habían presentado a los españoles y otros habían desertado para el Camagüey. Y en esa situación el general recibe una orden del Gobierno para que pasara a su residencia con el fin de intercambiar criterios y preparar nuevas estrategias, sobre todo por la llegada de una expedición desde el extranjero. 
Calixto García, recordando, anota en su diario en 11 de marzo de 1874: “El 20 de Enero de 1870 me despedí de Isabel[1] y de mis hijos[2] y de mi pobre Isa en la Canoa de Palacios. Era la última vez que debía verlos[3]. Empezaban entonces a caer sobre Holguín las fuerzas que mandaba el funesto Conde[4] y mi deber me llamaba a ocupar mi puesto. Las tropas españolas invadían la zona confiada a mi cuidado”.
(Conviene saber que para entonces el Gobierno de Cuba en Armas, constituido en una humilde casa del pueblo de Guáimaro, firmó el diploma que ascendía a Calixto García al grado de General de Brigada o Brigadier como también se decía)


Cuando Calixto se hubo marchado, Isabel y el resto de la familia continuaron deambulando por los bosques, tratando como pudieron, de eludir la tenaz persecución enemiga. Sin embargo, inesperadamente, una columna española los sorprendió. La familia del Brigadier fue hecha prisionera. Entre los detenidos se encontraban además de Isabel y sus hijos, los padres de Calixto, Lucía y Ramón, y las dos hermanas de Calixto, Concepción y Leonor, Nicolás, el único hermano varón que era retrasado mental, y también Ana Cabrera, la madre de Isabel y dos hermanas de la esposa de García, Candelaria y Caridad, además de otros parientes. Asimismo fueron apresados diez esclavos de la familia, quienes al obtener la libertad marcharon al campo insurrecto junto a sus antiguos amos.
Los prisioneros tuvieron que seguir a la columna española en su recorrido, sin importar que doña Ana Cabrera se encontrara muy enferma. A ella, dice Carlos García Vélez en su diario: “la obligaron a que montaran en uno de los mulos de la artillería. El animal, no hecho a ser montado y siendo como era, de tiro, con frecuencia corcobeaba, tirando al suelo a mi abuela y provocando las risas y burlas de la soldadesca, hasta que finalmente ella se negó a seguir así, prefiriendo caminar, enferma y débil como estaba”.
Y sigue Carlos:
“Los soldados de la columna española mortificaban a  los niños, entre ellos a mi hermano mayor (Calixto García Vélez) que tendría unos 5 años, y también a mí de tres, ofreciéndome una galleta si gritaba, ¡Viva España! Mi hermano nunca dio ese grito y por el contrario, decía que no le importaba que no le dieran la galleta, aun teniendo hambre, pues decía ¡Yo soy mambí como mi papá!, mientras que yo alargué la mano, y cogiendo la galleta grité ¡Viva España!".
Asimismo contó Mercedes Gorina, ilustre maestra holguinera que acompañó a doña Lucía Iñiguez durante sus últimos días, que, sabiendo la matrona que un hombre joven que fuera apresado en los campos independentistas sería pasado por las armas, y toda vez que en peligro cada día de ser apresados por el enemigo, traía ella a su hijo Nicolás que era idiota, dice Casasús. Por eso Lucía, para salvarlo, lo vistió de mujer y, efectivamente, muy pronto fueron apresados por los españoles.
El oficial que comandaba la tropa sospechóde que “la acompañante” de doña Lucía era varón y por eso se acerca a ella y le dice lo que piensa. Lucía, irguiéndose como madre y como patriota, le contesta altiva: “Sí, es varón, es mi hijo que traigo del campo mambí. Si usted me descubre probará que desconoce el santo amor de madre, pero si guarda el secreto será el primer caballero del ejército español”.
Los prisioneros llegaron a Holguín donde permanecieron hasta el 17 de septiembre, que fue cuando el brigadier Félix Ferrer dispuso su traslado a La Habana vía Gibara.


[1] Isabel Vélez Cabrera, esposa de Calixto García. Nació en Jiguaní y murió en La Habana en 1918. Participó en la guerra de 1868 hasta su detención en 1870. Fue expulsada de Cuba junto con sus hijos y otros familiares y se estableció en Estados Unidos. Apoyó a Calixto en la organización de la Guerra Chiquita. Se trasladó en  1882 a España donde residía Calixto en calidad de deportado. En 1895, al fugarse Calixto de España, su esposa se trasladó a los Estados Unidos, donde ayudo a la causa independentista. Pese a la prolongada residencia en el exterior, junto con su esposo inculcó en los hijos el patriotismo. Todos sus hijos en edad de combatir se trasladaron a Cuba en expediciones y participaron en la guerra. La mayor de las hijas se fue a París donde apoyo la causa de Cuba.

[2] Los hijos de Isabel y Calixto en esos momentos eran Isabel, Calixto y Carlos. Justo nació ese año en la manigua insurrecta.

[3] No sería hasta 1878 que al ser liberado de la prisión que sufría en España Calixto se encontró con su esposa y sus hijos en New York.

[4] Se refiere al general español Blas de Villate, Conde de Valmaceda.

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