lunes, 5 de noviembre de 2018

Calixto García Iñiguez - Biografía 30

Por: César Hidalgo Torres

Jiguaní, 1862. Antes del día de su cumpleaños 22, va Calixto por una calle de la Villa, el caballo por las bridas. A alguno lo saluda, se detiene en una esquina donde un grupo de conocidos se guarecen del calor sofocante, y sigue, hacia la casa de sus padres. Por la misma calle, en dirección contraria a él, viene una joven de 18 años, que se llamó Isabel Vélez Cabrera, hija de don Cristóbal Vélez y de doña Ana Cabrera.

No más que se hubieron conocido en aquella tarde del verano jiguanicense, los jóvenes se enamoraron y decidieron que se iban a casar, sin importarle a Calixto que el padre cafetero de la muchacha había muerto poco después de quebrar en su negocio, dejando a la familia en la más extrema pobreza. Esa pudo ser la causa por la que don Ramón García le negó la autorización que debería tener porque el novio era menor de edad, aunque otras hipótesis dicen que quien se negaba rotundamente era doña Lucía, que siempre fue celosa con sus hijos. A las hembras la madre las obligó a ser solteronas toda la vida.

Al Capitán General de la Isla de Cuba escribió Calixto en 17 de enero de 1862 diciéndole que comparece ante su Excelencia para que si lo tiene a bien ejerza las facultades de que está revestido y previos los informes que estime conveniente, si lo cree, se digne concederle la licencia de que carece para efectuar su referido matrimonio.

Un mes después la máxima autoridad colonial en la Isla atendió la solicitud  y ordenó a su Teniente Gobernador en Jiguaní que hiciera una investigación al respecto.

Finalmente Calixto e Isabel, más el padre de él, comparecen a las oficinas del Gobierno Político y Militar de Jiguaní:

“Ante el señor Teniente Gobernador de Jiguaní comparece don Ramón García y declara que él no ha negado su consentimiento para que su hijo celebre matrimonio con Isabel Vélez y dice el referido don Ramón García que tampoco se opone ahora puesto que no tiene motivo bastante para ello ni tiene objeción que poner al deseo de su hijo.Y dice que lo único que le manifestó a su futura nuera, cuando le han tratado el particular, ha sido que dejaran arreglar algunos asuntos de familia para que se casaran luego en mejor oportunidad que actualmente”.

Don Ramón contrariado entra a su casa. Lucia lo espera. La esclava da la comida al hijo idiota de siete años que sus amos tienen. Más que el esposo, la que tiene mayor contrariedad es Lucía, adivinando la decisión.

Autorizados a casarse, los enamorados no lo hacen sino siete días después que Calixto cumple los 23 años, que es la mayoría de edad, y eso demuestra lo que pesaba un deseo de la doña madre de la familia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario