martes, 6 de noviembre de 2018

Calixto García Iñiguez - Escritos (Parte oficial de Calixto García del 29 de octubre de 1872)



En: Periódico “La Revolución de Cuba”, Nueva York. 14 de diciembre de 1872; Archivo Nacional de Cuba, fondo Donativos y Remisiones, Fuera de Caja # 2

Parte oficial
Ejército Libertador–Departamento Oriental General “Barajagua” octubre 29, 1872 y 5 de la Independencia.
Salvador Rosado
El 2 de septiembre ordene al Comandante Salvador Rosado marchara con dos Compañías a destruir la línea telegráfica, lo que verificó en un trayecto de dos leguas entre los campamentos “Arroyo Blanco” y el “Descanso”, inutilizando los postes y aisladores y recogiendo alambre que condujo a este cuartel General.
El Brigadier Jesús Pérez me dice que el día 19 de agosto atacó el Coronel Cintra el campamento español “La Caridad”.  El asalto a la trinchera se verificó por la noche, logrando desalojar su guarnición, que pudo más tarde reorganizarse y hacerse fuerte en otros atrincheramientos, manteniéndose en el a la defensiva. Saqueado y destruido la mayor parte del caserío, se dio a nuestra fuerza la orden de retirada, que se efectuó en perfecto arreglo y sin ser molestada. Cayeron en nuestro poder 8 armas de fuego, de ellas 3 de percusión y 5 a cargar por la recámara, 6 paquetes de cartuchos, algunas cápsulas y gran cantidad de efectos de comida y vestido.  El enemigo dejó en el campo 6 cadáveres debiendo haber experimentado mayores pérdidas, por las circunstancias del combate que nos favorecían, los nuestros consistieron en tres heridos.
El comandante Mariano Torres me da parte de  haber destruido el día 14 de septiembre según mi orden el telégrafo entre “La Venta” y “La Caridad”, en un espacio de dos leguas, inutilizando los postes y aisladores y aprovechando alambre para varios usos.
El día 17 sostuvo el Teniente Coronel Wenceslao Saladrigas una escaramuza con el enemigo en “Palmarito”, causándole 9 bajas.  Por nuestra parte sin novedad.
El 19 hostilizó una columna enemiga en La Jatia.
El 21 destruyo el comandante Mariano Torres, el  telégrafo de Cuba a Bayamo, entre “Arroyo Blanco” y el “Descanso”, en un espacio de cuatro kilómetros.
Limbano Sánchez
En la noche del 22 atacó y destruyó el Comandante Limbano Sánchez, el poblado de Junucún, extrayéndole gran cantidad de reses, caballos, cerdos y otros efectos causando al enemigo algunas bajas, sin que por nosotros haya que lamentar la menor pérdida.
El Comandante Miguel Ruiz me participa que el día 12 de septiembre se acercó a la población de Guisa, extrayendo 91 reses de la finca “San Andrés” y destruyendo varias casas después de apoderarse de una gran cantidad de ropa y otros efectos que contenía. Al día siguiente se le presentaron 11 voluntarios armados, procedentes de la mencionada población. En esta incursión no ha habido que lamentar pérdida alguna.
El mismo comandante me comunica que teniendo noticias que el enemigo había aprendido algunos individuos en la antedicha población por sospechar estar en connivencia con nosotros, decidió penetrar en ella, a fin de ponerlos en libertad y protegerlos, a cuyo efecto se acercó el 2 de octubre con parte de las fuerzas a sus órdenes y rompiendo el fuego sobre una numerosa guardia destacada a la entrada del pueblo, la puso en fuga, introduciendo tal alarma, que, merced a la confusión, pudieron escapar los mencionados presos, incorporándose inmediatamente. De estos Juan Suárez y Miguel Vázquez se hallaban en capilla para ser fusilados. Se destruyeron dos tiendas apoderándose los nuestros de muchos efectos y una carabina con su parque. Esta atrevida acción no nos costó perdida alguna.
Belisario Grave de Peralta
En fecha 27 de septiembre me comunica el Brigadier Manuel Calvar, Jefe del Departamento de Holguín, lo siguiente: El 16 del corriente emprendí la marcha desde la Mora hasta el centro de los campamentos enemigos: el 17 al cruzar la línea telegráfica entre San Agustín y San Andrés, una de nuestras avanzadas hizo fuego a una pequeña partida de españoles que retrocedieron sin contestar el fuego. En seguida hizo cortar la línea de más de media legua retirándome al Purnio. De este punto di orden al siguiente día al Teniente Coronel Pela para que con su Batallón y una compañía al mando del capitán Antonio Molina, se apostase en el camino de la línea, donde hubo un reñido combate que obligó el enemigo a desalojar sus posiciones que ocuparon los nuestros, dejando señales evidentes de su destrozo.  Por nuestra parte tuvimos 5 bajas.  El 19 ordene al Teniente Coronel Peralta que con su batallón y una compañía de Bayamo se apostase en el mismo camino. Como el día anterior hubo un nutridísimo fuego que dio por resultado hacer retroceder al enemigo que dejó en nuestro poder una carretilla con varias ruedas de alambre, un pico, una hacha, seis sombreros, una barreta y varios alforjas. Por nuestra parte hubo cinco bajas, teniendo que lamentar la pérdida del valiente capitán Manuel Cisneros, víctima de su arrojo.  El mismo día di orden al teniente Coronel Peña para que con su batallón y 28 hombres de la división de Bayamo atacasen el ingenio y caserío de San Manuel, lo que efectuó con el mejor éxito, dando muerte a 29 hombres y haciendo prisioneros a 22, saqueando e incendiando al caserío, y no pudiendo tomar las trincheras por el refuerzo casual que había llegado a dicho ingenio. No hubo bajas algunas por nuestra parte.  Ayer ha tenido lugar cinco fuegos, sostenidos por fuerzas del Teniente Coronel Peralta y Comandante Morales, sin novedad por nuestra parte.
El día 8 de octubre salí de la Meona y acampé en la Ceiba donde me aguardaba el Mayor Modesto Díaz, según habíamos convenido, para emprender algunas operaciones en el Departamento de Bayamo: al día siguiente atravesamos el Cauto y continuamos marcha hacia los Pitos, donde estuvimos tres días tomando algunos informes y dando descanso a la gente para caer de improviso sobre el enemigo. El 13 por la noche fueron atacados simultáneamente los poblados La Sal y el Caño, tomando parte en el primero el Teniente Coronel José  María de Peña con 40 hombres de su batallón, bajo las órdenes del Coronel Juan Ruiz como encargado de la operación; y en el segundo el teniente coronel Belisario Grave de Peralta con 60 hombres de su batallón y mi escolta, bajo las órdenes del coronel Francisco Guerra.  El triunfo en ambos puntos fue completo: en La Sal se saquearon tres tiendas, las que fueron incendiadas, así como gran parte del caserío, se cogió un gran botín y se hicieron algunas bajas al enemigo, casi todos al machete, se ocuparon cuatro armas de fuego.  Tuvimos quince bajas; entre ellos, tres de nuestras fuerzas.
En el Caño se saquearon tres tiendas las que fueron incendiadas junto con otras tres que quedaron intactas: se quemó así mismo gran parte del caserío, se saquearon treinta carretas pertenecientes a un convoy que había llegado por la tarde, inutilizando todo lo que no se pudo cargar, se ocuparon treinta armas de fuego (rifles, carabinas) varias armas blancas, se cogió un inmenso botín y se hicieron numerosas bajas al enemigo. Tuvimos treinta bajas, de las que siete fueron de nuestras fuerzas.  Salí del Departamento de Bayamo el 16 atravesando el centro y acampando el 18 en la Meona sin la menor novedad.  Soy de Vd Etc.
El 27 del próximo pasado salí de Barajagua con el primer batallón de Holguín en dirección al Pilón, en cuyo punto acampé; incorporándose el Teniente Coronel Saladrigas, con el primero de Jiguaní y dos compañías del segundo a las órdenes del Comandante Mariano a mi campamento, destaqué a corta distancia al Teniente Coronel Saladrigas con el primero de Jiguaní, dándole instrucciones y preparé la fuerza restante, pero al recibir los fuegos de aquel, se declaró el enemigo en retirada, durando la acción media hora, no puedo precisar las bajas que se le causaron, pero las huellas de sangre que dejaron indican que han sufrido bastantes. Por nuestra parte sin novedad. El primero del actual continué marchar, haciendo alto en Hicoteita, de donde salí el 3 acampando en Zarza Gorda, allí se me incorporó el Teniente Coronel Flor Crombet con 200 hombres pertenecientes a la segunda brigada de Cuba, enviando al teniente Enrique Bell con una guerrilla a reconocer y explorar el campamento enemigo de Palma Soriano y contramarchando al día siguiente con dirección al Aguacate con las fuerzas mencionadas, en cuyo lugar acampé a las cuatro de la tarde.  El 5 di orden al Teniente Coronel Saladrigas para que marchara a acampar en el Demajagual, se dirigiera al día siguiente con parte de su batallón por la línea telegráfica de Contramaestre a Jiguaní  y la destruyeron hasta Las Piedras, debiendo incorporarse el 9 en Quevedo: al Comandante Mariano Torres para que con una compañía del primero de Jiguaní y otra del segundo batallón de Cuba, lo verificará entre La Caridad y La Venta, retirándose luego a La Yagua; mientras el Teniente Coronel Emilio Crombet, el Comandante Limbano Sánchez y el Capitán Esteban Arias, efectuaban simultáneamente igual operación entre el Descanso y Arroyo Blanco, el primero, aquel punto y La Caridad el segundo, y el último, desde Arroyo Blanco a la Palma Soriano, con orden de regresar el día 6 a mi Cuartel General situado en el Aguacate.  El enemigo trató de impedir la operación al Teniente Coronel Emilio Crombet y al Comandante Limbano Sánchez; pero rechazado enérgicamente por ambos (el segundo lo hizo en dos ocasiones) se llevó a cabo en todas sus partes, quedando destruida la línea telegráfica en un espacio de 16 leguas aproximadamente. El 6 regresó la guerrilla a las órdenes del Teniente Bell, dándome cuenta de haber hecho un prisionero, que se vio precisado a fusilar por haber intentado escapársele.  El 7 emprendí marcha, haciendo alto en La Yagua, donde se me unió el Comandante Torres, continuando al día siguiente hasta acampar el 9 en Quevedo, donde me esperaba el Teniente Coronel Saladrigas con noticias de que la guarnición  de Guisa había sido reforzada considerablemente, me dirigí el 11 a sus inmediaciones a extraer, viandas, y reses procurando llamar la atención del poblado, y penetrar en el por un movimiento estratégico. Hecha la primera operación que dio por resultado extraerle 60 reses y gran cantidad de viandas, me retiré a Charco Redondo, punto distante a 3 leguas de la población; pero el enemigo permaneció en sus trincheras, a pesar de haber repetido más extensiblemente la prueba.  Viéndome precisado, por razones poderosas, a atacarlo, verifique el asalto el 17 a las once de la noche, por lo cual dividí las fuerzas del modo siguiente:  tres compañías de la segunda brigada de Cuba, a las órdenes del Teniente Coronel Flor Crombet y tres compañías del primero y segundo de Jiguaní, y segundo de Cuba a las órdenes del Comandante Mariano Torres, que debía penetrar por el camino del Carralillo; mientras que el Comandante Ruiz, con una compañía del primero de Jiguaní, lo efectuaban por la entrada de Bayamo y el Hoyo, respectivamente, recibiendo orden del Teniente Coronel Saladrigas  para que con la fuerza restante de su Batallón, y dos compañías de la segunda Brigada, marcharon a tomar posiciones en el camino de Bayamo, a fin de contener al enemigo en caso de venir en auxilio de la población.  Comunicadas las instrucciones, avanzaron las columnas penetrando a viva fuerza en el pueblo, del cual nos apoderamos, rompiendo entonces el enemigo desde sus fortificaciones un fuego intenso y sostenido de fusilería  y cañón.  Convencido el enemigo de la inferioridad de nuestro número, salió de sus atrincheramientos con  la intención de envolver nuestras fuerzas, trabándose instantáneamente una lucha tenaz y sangrienta en la plaza y algunas de sus avenidas, que duró 30 minutos, al cabo de los cuales conseguimos hacerle replegar a sus trincheras, volviendo tres veces más a la caga, no ya con la impetuosidad de los primeros momentos, hasta que se encerró definitivamente en sus fuentes.  Destruida la población, no retiramos conduciendo un rico botín de reses y toda clase de efectos, sin ser molestados.  El resultado de esta operación ha sido destruir considerables propiedades del enemigo, causándoles más de 50 muertos que abandonaron en las calles y otros más que retiraron á los fuertes, y aumentar hasta 38 el número de hombres armados con que cuentan la compañía formada de los voluntarios que en unión de sus familiares se han pasado a nuestras filas, algunas de las cuales asistieron al combate, conducido de un modo digno de todo elogio.  Nuestras bajas consisten en cuatro muertos, tres heridos y un contuso[1].
Entre los primeros se cuenta el Teniente Pozos, el Sargento primero José C. Suárez y el Cabo Andrés Pérez. Figura entre los segundos, el Comandante Torres, y contuso el Teniente Landrón.  En esta acción se han portado admirablemente las fuerzas todas, con especialidad el primer batallón de Holguín, distinguiéndose sobre manera el Teniente Flor Crombet, los Comandantes Sánchez y Torres, los Capitanes José Perera, Miguel Masferrer, Lorenzo Calmell y Manuel León, uno de los voluntarios que figura como Jefe de la compañía  formada por los mismos que se han incorporado a nuestras filas.
Acampando en Charco Redondo se presentó el enemigo a una de nuestras avanzadas, retirándose al sentir el fuego de ella, destaque en su persecución una compañía del primero de Jiguanía las órdenes del capitán Rabí, pero no puedo dársele alcance.
El día 21 comunicadas las instrucciones a los tenientes Coroneles Saladrigas y Flor Crombet, a fin de continuar operando, emprendí marcha con elprimer Batallón de Holguín, de regreso a mi cuartel general, donde me llamaban otras atenciones urgentes del servicio destruyendo el 22 a mi paso, la línea telegráfica entre Jiguaní y Contramaestre en un trayecto de cuatro leguas que estaban acabando de recomponer los españoles.

Calixto G. Iñiguez.  Mayor General Jefe de Operaciones.
 


[1] Según Ignacio Mora el resultado del ataque de Guisa “fue quemar parte del poblado, sacar 16 reses, 20 cochinos, 12 caballos y como $300 en ropa.  Esto nos costó 3 muertos y 2 heridos”. En: Gonzalo de Quesada.  “Ignacio Mora”.  Nueva York.  Imprenta “América”, 1894.  Para el testimonio de Ignacio Mora sobre el combate ver en “Ana Betancourt”, pp. 159-160

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