Ejército
Libertador.
1er
Cuerpo.
Cuartel
General.
Vega
Bellaca, Abril 6 de 1874,
Secretaría
de la Guerra.
Ciudadano
Secretario: Ayer he recibido una comunicación del Coronel Benjamín Ramírez[1] con fecha 9 de marzo próximo pasado, cuyo tema
es el siguiente:
“Mayor General Jefe de Oriente. El día 27 del mes inmediato pasado atacó el enemigo los puntos del Pinal y San Lorenzo, fuerza como de 800 hombres; en el primero lo verificaron por la tarde, asaltando al Coronel Juan Cintra, quien se pudo escapar; y en el segundo como a la costa, sorprendieron la Prefectura situada en él e hiriendo y matando al Ciudadano expresidente de la República Carlos Manuel de Céspedes y dos libertos por el Lejial y aprendiendo cuatro mujeres con unos niños. En esos momentos me encontraba rumbo hacia la costa; pero tan luego tuve aviso de éste acontecimiento ordené que la fuerza de Jiguaní marchará sobre ese lugar, poniéndome al frente de ella, por haber sido informado que acampaban en el indicado San Lorenzo. Luego después recibí comunicación del Prefecto: ya no estaba en aquel el enemigo habiendo marchado a sus atrincheramientos y llevándose al cadáver de ése patriota.Ya por los días 9 y 10 de ese mes manifesté e hice mis observaciones al Ciudadano expresidente para que dejara o separase de ese lugar, ofreciéndole una guardia, no dándosela porque él residía en más de uno los puntos que tenían que cubrirse; pero este señor me contestó que no lo hacía [abandonar el lugar] por estar más cerca de los lugares de su correspondencia y esperar de momento la decisión de su solicitud de pasaporte para el extranjero a tiempo, [y] que consideraba que no había por el presente peligro alguno; sin embargo de esto, dirigí el Ciudadano Prefecto de Guaninao la comunicación que a letra copio:
Fotografía de San Lorenzo, lugar donde murió Carlos Manuel de Céspedes. Fototeca del Archivo Nacional de la República de Cuba.. Caja 14. Sobre 10. Registro 264. “C. Prefecto de Guaninao: El Mayor General Calixto, en la zona de mi mando, [ordenó que] al Ciudadano Carlos Manuel de Céspedes, le atienda y considere, pues no debe olvidarse que es el hombre que en 10 de Octubre rompió las cadenas que nos tenían ligados a España. En este concepto, cuidará Ud. que esté socorrido cuanto sea posible y que vele por su seguridad durante su permanencia en ésta Prefectura. Procurará al mismo tiempo que se cubran los cordones, que se active la vigilancia, así para la garantía de dicho ciudadano como para la de los demás vecinos. Me ofrezco, etc., P. y L. San Lorenzo 13 de Febrero de 1874”[2]. (54).Para averiguar la verdad de este sensible acontecimiento y si el Jefe del cordón del Oro cumplió o no pudo cumplir su consigna, o si el Prefecto procedió a ejecutar mis órdenes, he procedido a levantar una instrucción sumaria de que daré cuenta. Lo que pongo en conocimiento de ese centro de Gobierno. Soy de Ud. Con toda consideración.Calixto García IñiguezJefe de Operaciones de Oriente.
Al
transcribir el parte que antecede permítame le signifique, a mi vez, lo
sensible que me ha sido la irreparable pérdida
que hemos experimentado con la muerte del venerable patriota del 10 de
octubre, del hombre que, aunque fuera del destino que había desempeñado desde
los albores de nuestra gloriosa contienda, siempre fue respetado de sus
compatriotas, del que vivirá eternamente grabado en el corazón de los buenos
hijos de Cuba.
Fotografía de la urna donde reposan los restos del Padre de la Patria. Fototeca del Archivo Nacional de la República de Cuba. Caja 14. Sobre 2. Registro 252. |
Nosotros
sabremos vengar la muerte de nuestro digno maestro, y algún día, quizás no
lejano, se cernirá sonriente la sombra de Céspedes sobre la joven República al
terminarse la cruzada de libertad y que extraño la conducta observada por los
defensores de la tiranía con nuestro caudillo; posteriormente a su muerte han
visitado la comarca del Gato en la que han saciado su sed de sangre en las
personas indefensas de cinco mujeres y algunos niños y ancianos. Me es satisfactorio, al mismo
tiempo, cuya muerte anuncié en carta probada, se escapó después de haber
permanecido prisionero por espacio de cinco horas. La misma suerte cupo al
soldado Victó, que pudo evadirse de una muerte segura al caer en manos de los
españoles, dándole muerte a uno de sus captores. Al poner en conocimiento de ese Centro de
Gobierno el hecho a que se refiere la anterior comunicación, no puedo menos que
significarle lo sensible que ha sido a los habitantes de este territorio el
trágico fin que le ha cabido en suerte a aquel que en Yara nos enseñó a romper
las cadenas con que los tiranos nos tenían atados al carro del despotismo: al
héroe del 10 de octubre, al primer ciudadano cubano que por más de un título
era merecedor de las consideraciones de la Patria. El corazón de los
cubanos está destrozado de dolor y
cubierto de luto. Pero espero, y no muy
tarde, será la muerte de nuestro caudillo suficientemente vengada por sus
valientes conciudadanos. Reciba el
testimonio de mi mayor consideración.
Calixto
García Iñiguez
Jefe de Operaciones
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