lunes, 19 de noviembre de 2018

Calixto García Iñiguez - Escritos Parte de Calixto García al Secretario de la Guerra referente al ataque a Manzanillo, Noviembre de 1873.



En: Periódico “El Boletín de la Guerra”, Núm. 7, año 2, Camagüey, Enero 1ro de 1874, Año 2. Copia facilitada por la Dra. Diana Abad Muñoz

Ataque de Manzanillo – Acción reñida
El Mayor General Calixto García Iñiguez en comunicación oficial al secretario de Guerra dice:
Ya reunidas las fuerzas en número de 1.400 hombres de infantería, y con objeto de atacar la ciudad de Manzanillo[1], marchó el 9 y acampó en el Purial. En este lugar procedió a formar de toda la fuerza seis columnas: la primera al mando del Coronel Leonardo Mármol, llevando de segunda al de igual clase Ricardo Céspedes, organizada con fuerzas de Banes, Demajagua, Tempu y Hatuey, al mando del Teniente Coronel Ladislao Garcés, Comandantes Horruitinier y Sacramento León, componiendo un total de 250 hombres, con orden de atacar por la entrada de Bayamo y ocupar la calle del comercio, tan pronto oyera los fuegos de las otras columnas, la segunda mandada por el Brigradier Maceo y como segundo el Coronel Belisario Peralta con 240 hombres de los Baires, Banes, Holguín, Igualdad, Tempu, Cuba, al mando del Coronel Arcadio Leyte Vidal, Teniente Coronel Narciso Silva, Comandante Blas Almirall, Teniente Coronel Flor Crombet y Comandante Juan P. Sánchez, con orden de ocupar la calles Real y del Ángel y tratar de apoderarse del cuartel de infantería y del de Bomberos.
La tercera al del Brigadier Juan Ruz y de segundo al de igual graduación González Flores, con 200 hombres de los Banes, Bayamo y Presidente, mandados por los Tenientes Coroneles Enrique Céspedes y Mariano Domínguez, con orden de ocupar las calles de la Iglesia y Valcourt y atacar el Cuartel de infantería.  La cuarta al del Mayor general Manuel Calvar y de segundo al Coronel Francisco Borrero con 300 hombres de los Banes Mayarí, Independencia, Libertad, Yara y Baire mandados por el Comandante. Antonio Soria.  Tte. Corl. Pablo Amábile. Tte. Corl. Wenceslao Saladrigas, Corl. Emilio Noguera y Coronel Juan R. Benítez, con orden de ocupar la calle de la Marina.  La quinta de 200 hombres, al mando del Corl. Guillermo Moncada y de 2 al coronel Urquiola, compuesta de fuerzas de lo Banes. Libertad, Báguano y Estacada.  Mandados por los comtes. Salvador Rosada, Fonseca y Ortiz con orden de ocupar la plaza del mercado. Con  esta columna marchaba Ctel. Gral, E.M. y Escolta. La sexta de 100 hombres de infantería con fuerzas de lo Banes, Cuba e Igualdad, mandados por el Comte José Prado y Capitán Francisco Leyte y Vidal y 40 caballos al mando del Comandante Medina, componía la reserva mandada por el General Silverio Prado y Teniente Coronel Mariano Torres, con orden de situarse a un cuarto de legua de la ciudad, ocupando el camino del Congo.
Alas 11 de la mañana del 10 de Noviembre empezada la marcha en el orden expresado y como a la una de la tarde tuvo aviso que fuerza enemiga ocupada la sabana de Garata. Pase a vanguardia con varios jefes y oficiales a caballos llegando a tiempo que el enemigo atacado por el Coronel Leonardo Mármol, emprendía la fuga en completa dispersión.  Cayeron en nuestro poder 25 prisioneros dejando 5 muertos en el campo y 30 armamentos, parque, caballos. etc.  A pesar de que comprendí que el enemigo recibiría aviso de la aproximación de mis fuerzas no consideré conveniente desistir del ataque por lo que ordené forzar la marcha y a las 12 de la noche estaba al frente de la ciudad. 
El ataque de cornetas, el repique de campanas, los disparos que de vez en cuando se oían y la iluminación de la ciudad me dieron a conocer que los españoles estaban perfectamente preparados para la defensa.
En aquellos momentos fuerzas de caballería atacaron la columna del Coronel Mármol, pero este valiente jefe los rechazó permaneciendo frente al pueblo, esperando el fuego de las otras columnas según se le había ordenado. 
La ciudad de Manzanillo esta defendida por los castillos de Grucha y Zaragoza y por 9 torreones que cierran su entrada; tenía también en la bahía el vapor de Guerra Venadito y dos cañones. Su guarnición era de 500 soldados, tropa de línea, una compañía de bomberos y una de 800 voluntarios de infantería y caballería.
Inmediatamente avanzaron las columnas con la mayor intrepidez. Las de vanguardia al mando de los Brigadieres Maceo y Ruz enseñaron combates con fuerzas españolas que ocupaban los torreones y las primeras casas de la ciudad.  La defensa fue obstinada, pero a la media hora de combate el mortífero fuego de los nuestro obligaba a retroceder al enemigo, que abandonó los terrenos y ocupo la plaza de Armas.  Al mismo tiempo avanzó el Coronel Mármol haciendo su entrada a la ciudad, pero siendo atacada su retaguardia por el enemigo, volvió sobre él, lo rechazó y ocupó la calle del Comercio.  El Mayor Manuel Calvar y el Coronel Moncada avanzaron y ocuparon sus puestos, teniendo el primero que batirse con el castillo de Zaragoza y fuerzas de la marina que desembarcaba el enemigo.  Yo ocupé la Plaza de Mercado con mi Estado Mayor y los Mayores Generales Modesto Díaz y José Miguel Barreto que me acompañaban en la operación.
Hizose entonces general la pelea, sucediéndose el fuego de fusil y cañón hasta las tres de la mañana, en que se empezaron a incendiar los edificios de las calles Real, Ángel, Iglesias Valcourt, Almendro y Comercio.  En esos momentos rompieron los fuegos sobre la ciudad los buques de guerra enemigos, que solo causaron daños a algunos edificios. Continúe el combate hasta las 4 y media de la mañana en que dispuse la retirada que se verifico en el mejor orden, después de dejar destruida por el incendio más de la mitad de la ciudad, habiendo destruido más de 30 establecimientos de peninsulares. Se tomaron 25 armamentos 8.000 cápsulas, un considerable botín de oro, billetes, ropas, comestibles, caballos, etc.  Se causó al enemigo por más de un millón de pesos de perdida.  Se le hicieron como 100 prisioneros en su mayor parte cubanos, estos los puse en libertad. Las pérdidas del enemigo puedo asegurarle a Ud., ciudadano Secretario, no bajan de 200, teniendo en cuenta que por dos veces fue derrotado por el Brigadier Maceo en las salidas que intento hacer del Cuartel de Infantería, en que estaba perfectamente atrincherado y que por varias veces más sufrió la misma suerte en las que intentó sobre las otros columnas de ataque.  Por nuestra tuvimos muertos los Comandantes Blas Almirall y Juan de la Cruz, 14 más entre clases y soldados.  Heridos el Coronel Evelio Noguera. Teniente Coronel Narciso Silva, Capitanes Juan Bravo, Bernardo Milanés, Andrés Brizuelas, Francisco de P. Marrón, José Marín Domínguez.  Tenientes Elías Pérez, Valentín Consuegra, Agustín Milain, Juan Palominos, Carlos Gavero Estrada, Subtenientes Diego Feurol, Juan Rojas, José Reyes, 56 clases y soldados y 4 contusos.
No concluiré sin manifestar a U., Ciudadano Secretario que Jefes, Oficiales y soldados han realizado en valor y actividad en memorable lucha del 10 al 11 de Noviembre haciéndose acreedores de la gratitud de la Patria.
El Mayor General Modesto Díaz, con sus ayudantes y escolta, me acompañó en toda la excursión ayudándome con su práctica y conocimientos, y contribuyendo al feliz éxito de la operación.
Tampoco pasaré en silencio el digno comportamiento del Jefe de Sanidad del primer Cuerpo Dr. Federico Incháustegui y de los médicos de 1ra. y 2da. Clase Benjamín Bozas, Celedonio Rodríguez y José Blanca Rosa, que cumplieron con su deber atendiendo con solicitud y esmero a los heridos en lomas, (...) del combate.
Soy de U. a Cuartel General. En la Bermeja, Noviembre 14 de 1873.  Calixto G. Iñiguez.

 


[1] Una valoración del combate puede hallarse en Fernando Figueredo La Revolución de Yara, en la segunda conferencia, pp.  29-30

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