En: Figueredo,
Fernando. “La Revolución de Yara”, pág. 102.
Sabrá usted
como en la tarde del cinco[1], acampado en San Antonio, caí en poder de los
españoles. Yo pretendí quitarme la vida para no pasar la vergüenza de ser
prisionero de mis enemigos. Le aconsejo a usted que no desista en la
prosecución del plan sobre el cual me habló usted[2], pues el logro de su
determinación redundará en la felicidad de la causa que venimos defendiendo.
[1] El historiador
español Antonio Pirala definió la fecha de escritura del texto que se inserta
en 8 de Septiembre; pero al publicarla dio a conocer una redacción totalmente
diferente a la recogida por Figueredo; por razones de confiabilidad desechamos
las notas recogidas por el autor español. (Véase: Pirala, Antonio. “Anales
de la Guerra de Cuba”, tomo III págs. 142-145). Dice Figueredo que le dijo
Antonio Bello al Mayor General Vicente García (en 24 de Septiembre de 1874),
que “(...) según la carta que escribe a bordo del vapor “Venadito”, en la bahía
de Manzanillo, Calixto se pegó el tiro por no pasar por la vergüenza de la
prisión”. (Véase Archivo Nacional de Cuba. Fondo: Donativos y remisiones,
Legajo 473 # 5).
[2] Se refiere el General al canje con los españoles
de productos de la tierra por artefactos militares.
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