En:
Documentos para servir a la historia de la Guerra Chiquita (Archivo Leandro
Rodríguez) Publicaciones del Archivo Nacional de Cuba, La Habana, 1949, Tomo
II, pág.179
Sr.
Presidente del Comité R. C.
Kingston
5 Agosto 1879.
Distinguido
compatriota:
Anteayer
llegué a ésta dando principio inmediatamente a desempeñar mi comisión.
El
armamento que tenía en ésta el Sr. Prado como depositario del Comité de la
Emigración, lo tengo a mi disposición según me ha ofrecido el Sr. Miguel Luis
Aguilera aunque no lo recibiré hasta que no llegue el momento de utilizarlo.
Creo
posible conseguir aquí la lancha y demás necesario y no dudo poder llevar a
cabo el proyecto que me trajo a ésta si recibo pronto los fondos los que Vd.
debe remitirme.
Poco
hay que contar con lo que se esperaba del Teniente Coronel Moreira, pues no
pasará de doscientos pesos lo que facilite y aunque yo espero reunir algo en
ésta emigración, no será lo bastante para lo que nos proponemos y hoy mucho
menos, que considero indispensable hacer la operación en mayor escala que la que
nos proponíamos, pero si esto no pudiera ser no por eso abandonaría la empresa.
Yo haré algo, sea poco o mucho, pero mi deseo fuera que éste algo fuera de la
mayor magnitud posible.
He
encontrado aquí la partida que capitaneada por el Teniente Coronel Medina se
sublevó en Tunas y que capituló engañada por algunos traidores. Desean [ellos]
volver y pienso utilizarlos. Sólo se compone de doce hombres; pero es gente
veterana y están indignados con los españoles porque habiéndole éstos ofrecido
una cantidad para que se rindieran, después de estar en el mar, sólo le dieron
veinte pesos a cada uno.
Hoy
he tenido una larga entrevista con el General Maceo y nos hemos puesto de
acuerdo sobre asuntos importantes. Tiene trabajos en Oriente muy buenos que
unidos a los nuestros harán un gran resultado. He convenido con él el plan de
operaciones que debe seguirse y con ese objeto enviaremos comisionados a
Santiago y Camagüey.
No
comunico a Vd. el plan acordado porque reservo hacérselo verbalmente pero puedo
asegurarle que en vez de disminuir el que acordamos en ésa, tiende a
aumentarlo, ni que por eso se retarde el momento de dar principio a la lucha.
Estoy
lleno de esperanzas que espero no serán fallidas, sobre todo si los trabajos de
Vd. en ésa tienen un éxito satisfactorio.
La
situación se presenta cada vez más satisfactoria, la gente veterana que hay en
ésta desea toda marchar y si pudiéramos adquirir recursos antes de mucho la
lucha en Cuba sería un hecho.
El
plan [Leoncio] Prado ha fracasado[1],
no consigue gente en ninguna parte. El Comisionado a quien encargó de reclutar
gente en Cuba (Coronel S. Rosado) no ha podido conseguir ni un solo hombre. El
Teniente Coronel Miguel L. Aguilera ha vuelto de Venezuela [donde estaba
trabajando en favor del plan de Prado] sin haber alcanzado nada del General
[Vicente] García y de la emigración de allí no sale un hombre, todos como nosotros
creen el plan descartado. Con vista de esto el Sr. Prado ha enviado ayer un
telegrama suspendiendo la orden del embarque que había dado a los que debían
salir de aquí.
El
armamento y municiones que tenía aquí el Capitán de la goleta, que debía llevar
Pacheco a Cuba, ha hablado conmigo y me ofrece vendérmelo por dos mil pesos y
según creo que por mil y pico se conseguirá. Son 20 rifles Remington, 12
docenas machetes, cinco mil cápsulas, máquinas para llenar éstas y otras cosas
de menos importancia. Si pudiéramos comprarlos haríamos negocios pues todo está
en buen estado y vale diez mil pesos.
Sin
más Compañero Presidente, tiene el placer de saludar a V.
Su
amigo,
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