martes, 27 de noviembre de 2018

Calixto García Iñiguez - Correspondencia / Carta dirigida al Sr. Tínima, 9 de abril de 1879


En: “Documentos para servir a la historia de la Guerra Chiquita”. (Archivo Leandro Rodríguez). Publicaciones del Archivo Nacional de Cuba, La Habana, 1949, Tomo II, pág. 3

Abril 9 de 1879
Sr. Tínima[1]
Habana.
Distinguido compatriota:
Esté Comité, tomando en consideración las razones expuestas por Vd. acepta su dimisión, no sin manifestarle su sentimiento por verse compelido obrar de esa manera y la seguridad que tiene de que Vd., tal como lo promete, será, como el 68, de los primeros en empuñar las armas en defensa de los derechos de nuestra patria cuando el caso lo exija.
Reciba Vd. Señor Tínima, el testimonio de nuestra consideración y aprecio.

El Secretario,                                 El Presidente
(Fdo.) Carlos Roloff                        (Fdo.) Calixto G. Iñiguez



[1] Tínima: seudónimo de Ángel Maestre,Brigadier, Presidente del Club No. 22, más tarde transformado en Club Central de la Habana. En carta del 22 de febrero Ángel Maestre le planteó a Calixto García su renuncia a la directiva del Club No. 22 “a causa de la propaganda poco favorable para mí” y le decía además que se mantendría como soldado “siempre dispuesto a ocupar un lugar en las filas de los patriotas”. Para más detalles consúltese: (Francisco Pérez Guzmán y Rodolfo Sarracino “La Guerra Chiquita: una experiencia necesaria” Editorial Letras Cubanas, 1982, págs. 113-114).






[1] Tínima: seudónimo de Ángel Maestre,Brigadier, Presidente del Club No. 22, más tarde transformado en Club Central de la Habana. En carta del 22 de febrero Ángel Maestre le planteó a Calixto García su renuncia a la directiva del Club No. 22 “a causa de la propaganda poco favorable para mí” y le decía además que se mantendría como soldado “siempre dispuesto a ocupar un lugar en las filas de los patriotas”. Para más detalles consúltese: (Francisco Pérez Guzmán y Rodolfo Sarracino “La Guerra Chiquita: una experiencia necesaria” Editorial Letras Cubanas, 1982, págs. 113-114).

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