Tomado
de Aníbal Escalante
Condensado por César Hidalgo Torres
Condensado por César Hidalgo Torres
Además de la carencia casi absoluta de armas y municiones, en 1896 era preocupación de todos los patriotas un cierto descontento cada vez más visible y molesto en algunos combatientes, casionado por la reorganización dispuesta en los mandos superiores en la región de Oriente y Camaguey.
Precisamente por ese motivo el Generalísimo Máximo Gómez había comunicado su
regreso desde Occidente, dispuesto, informó, a reorganizar los mandos y asimismo
requisar toda clase de auxilios militares con los cuales proseguir la cruenta
lucha que venía sosteniendo con los españoles en la provincia villaclareña,
aliviando así, de alguna forma, la carga insostenible que el lugarteniente
Antonio Maceo venía sosteniendo en la región más occidental con campañas tan
florecientes de hazañas que eran la admiración del resto del mundo.
(Por
el anteriormente descrito estado de cosas, se ve que las armas y pertrechos de
guerra traídos por Calixto, aunque no en la cantidad que era necesaria, y la
personalidad del general recién arribado, venían a resolver de cierta manera la
situación del momento).
Calixto García en la manigua cubana, 1896 |
Por
otra parte, y sin desmentir lo dicho anteriormente, el pueblo de la Isla se
encontraba en un estado tal de fraccionamiento que podía estimarse como
peligrosísimo, a menos que se tomaran aquellas medidas drásticas que traerían
resultados del todo impredecibles y que no podían tomarse con la pléyade de
jefes sin preparación. A ello se suma la ambición desmedida de mando que
conducía a la más desenfrenada anarquía e indisciplina en el conglomerado de
hombres sobre las armas y, como consecuencia, el estado caótico reinante entre
los elementos llamados pacíficos que habían hecho irrupción después de la
disposición de Weyler.
Necesitaba
la revolución una mano dura y hábil que pusiera coto a los males que se estaban
padeciendo, pero ese tenía que ser quien tuviera una mentalidad clara y
equilibrada, capaz de comprender la realidad y encauzar el fervor inagotable de
los revolucionarios por la senda que fuera menos riesgosa hacia el logro de la
independencia. ¿Alguien más a propósito que Calixto García?
El
veterano oficial era bien conocido de las guerras pasadas era el único, según
el criterio de la mayoría, que podía organizar y disciplinar a las bandas hasta
ese momento anárquicas en que se estaba convirtiendo el Ejército Libertador en
las provincias orientales.
No hay comentarios:
Publicar un comentario