En: Archivo
Nacional de Cuba, Donativos y Remisiones, Legajo 157, núm. 46-14
Calixto García Iñiguez, Jefe de Operaciones del distrito Militar de Holguín, a los holguineros residentes entre españoles.Compatriotas:Hace unos dos meses que nombrado interinamente Jefe de Operaciones de este Distrito por el Gobierno de la República[1] vine con algunas de las aguerridas y gloriosas fuerzas de [Santiago de] Cuba y Jiguaní a levantar otra vez nuestro espíritu, a llamarle de nuevo al servicio de la santa causa de Cuba, de América, de la libertad.Causas ajenas a mi voluntad me habían impedido hasta ahora dedicarme principalmente a las operaciones militares que me habían propuesto. Más el asalto, saqueo e incendio de Sao Arriba y el Vedado, llevados a efecto el primero por uno de los jefes que están subordinados al mando con parte muy reducida de las tropas de que dispongo, y no por los numerosos Generales y tropas que dicen los periódicos españoles, y el segundo por un simple oficial al mando de una compañía, así como el rechazo de Alcalá[2], verificado por mí al mando también de parte de mis fuerzas, os indicarán cuanto podré hacer en lo sucesivo. Ya habréis visto entrar de nuevo destrozada y desmoralizada la gruesa columna que acaba de atacarme en esta.Venid pues a mi lado, que más seguridad tenéis hoy en los campos que en las mejor guarnecidas [ciudades]; venid, que tengo para daros armas y parque en abundancia; venid, que con el enemigo están la opresión y la vergüenza y con nosotros la libertad y la gloria.Calixto García IñiguezCuartel General; en Alcalá 6 de abril de 1872 y 5 de n/ [nuestra] Independencia.
[1] El nombramiento
interino de Calixto al frente de la División de Holguín fue una determinación
del Presidente Céspedes después que se le siguió proceso por presunta
complicidad con los españoles al anterior Jefe, General José Inclán.
[2] El Presidente
Céspedes apuntó en su Diario personal sobre la batalla de Alcalá, que esa fue
“contra una fuerte columna española provista de artillería la que tuvo
numerosas bajas; los cubanos tres heridos leves, el enemigo se retiró
perseguido”. (Véase “Carlos Manuel de
Céspedes. Escritos”; tomo II, p. 375
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