martes, 20 de noviembre de 2018

Calixto García Iñiguez - Diario / 15 de marzo de 1874



Como a las 4 de la madrugada y cuando nos preparábamos para emprender marcha, se oyeron unos disparos en la avanzada del  camino de la Guinea. Nos preparamos para recibir al enemigo pues creímos seria éste, cuando nos dio aviso la guardia que los tiros habían sido con unos prisioneros cogidos en Maniabón que intentaban fugarse, y que como lo lograron, consiguió la avanzada prender uno. Tuve deseos de hacerlo fusilar en el acto para escarmentar a los que nos quedaban, pero era cubano, aunque extraviado, cuya sangre no debemos derramar sino en casos extremos. Aquel día acampé en el Realengo después de 12 leguas de marcha.
Bandera enarbolada por Céspedes al iniciar la revolución cubana
Acabo de saber que ha sido asesinado por los españoles Carlos Manuel Céspedes. Todavía no tengo pormenores de este funesto acontecimiento; pero se me asegura que es cierto[1]. Espero la información oficial pues aun me anima la esperanza de que no resulte cierta. Sensible para todo cubano es la muerte del eminente patriota, del caudillo que por cinco años estuvo al frente de nuestra revolución y que con ánimo sereno sufrió más las consecuencias y penalidades de una compaña tan cruel, como la que nos hacen los españoles. Yo, que como amigo lo quise sinceramente y lo veneraba como la encarnación del grito de Yara, he sufrido doblemente, pues habiéndolo tratado permanentemente tuve lugar de apreciar las buenas cualidades que lo distinguían, las que más hizo resaltar cuando al ser depuesto por la Cámara acató su decreto sin género alguno de vacilación. Quiera Dios no sea verdad la noticia y que conserve sus días para que cuando Cuba sea libre pueda premiar sus muchos servicios; más si su muerte fuera cierta habrá consumado el martirio derramando su sangre por la revolución que tan valientemente emprendió.
 Leer además: Cómo murió Carlos Manuel de Céspedes, primera parte                  
                    Cómo murió Carlos Manuel de Céspedes, segunda parte


[1] Carlos Manuel de Céspedes fue ultimado en desigual enfrentamiento con los soldados hispanos, el 27 de febrero de 1874 en San Lorenzo. Fue el iniciador de la guerra de 1868 y el primer presidente de la República de Cuba en armas  hasta su destitución en octubre de 1873. Calixto García estuvo de acuerdo con su destitución y apoyó este acto. Es interesante a los 15 días es que Calixto recibe la noticia. Esto nos puede dar idea sobre las comunicaciones mambisas en aquellos momentos. Recordemos que Calixto era jefe del departamento oriental.

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