jueves, 22 de noviembre de 2018

Calixto García Iñiguez - Correspondencia / Carta a Ramón Pérez Trujillo del 3 de marzo de 1874.



En: Archivo Nacional de Cuba. Fondo: Donativos y Remisiones.  Legajo 472 núm. 48
Yariguá, marzo 3 de 1874.
C. Ramón Pérez Trujillo.
Estimado amigo:
Voy a comunicarle una noticia cuya importancia exige reserva y obrar conscientemente, para llegar en conocimiento de toda la gravedad que puede tener.  Aunque procedo oficialmente con la mayor rapidez, conviene mover todos los resortes porque siempre hay oportunidad por aquel medio de evitar responsabilidades.
Tratase de una conspiración[1] de que se me ha dado parte esta mañana con objeto de deponer el actual Presidente de la república y volver a Céspedes, siendo yo destituido también para nombrar General en Jefe al General V.[icente] García.
Con este pretexto ha venido el Comandante Pedro Ignacio Castellanos, logrando seducir algunos números que se llevó, pasando después al Escuadrón de Caballería de Las Tunas, situada a tres leguas de mi cuartel, donde logró por lo pronto seducirlos también, pero arrepentidos éstos tan pronto como comprendieron que se trataba de promover un conflicto sangriento entre los cubanos, se presentaron a Limbano Sánchez, dándole cuenta de lo que pasaba.
Casi a la misma hora me daban parte dos artesanos del taller que se negaron a seguir a Castellanos, de lo ocurrido con ellos a las 12 de la noche de ayer, y presumiendo que podía dirigirse a hacer lo mismo con la caballería, le mandé orden a Limbano de prenderlo, pero ya éste lo había hecho mandando al efectos seis hombres de los que él había querido sublevar. Reuniéronse estos hombres con él haciéndose suyos para lograr, sin presión y aprovechando un descuido, [Sic.] le quitaron el rifle y le ordenaron se diera preso. Negose Castellanos y trató de sacar el revólver, lo que visto por los aprehensores, le hicieron fuego, dejándole muerto en el acto. Según declaraciones de dos que se llevaba Castellanos y que se han presentado, se contaba con mucha gente del Camagüey y Las Villas, y al efecto deben reunirse en Jacinto, pero no sé el día.
Tenga mucho cuidado, pues aunque yo ni por un momento he creído que el General [Vicente] García está metido en esto[2] pueden estar otros de ahí que pueden causar mucho daño. No escribo a los demás Diputados porque no tengo lugar, pero léales ésta y  pudiendo asegurarles en mi nombre que pueden contar, para hacer respetar y guardar la constitución con todas las fuerzas a mis órdenes, pues nada me arredra.  […] sino se creen seguros ahí vengan para Oriente, que estoy dispuesto a ahogar si fuese necesario en sangre cualquier motín militar que se intente.
Mi abrazo para Ud. y demás amigos de su invariable.
C. G. Iñiguez.

 

[1]En reunión del Presidente de la República en armas con los Generales para tratar la invasión a Occidente, se mantuvo Calixto en la zona de San Diego de Buenaventura, en el término municipal de Holguín, hasta que a inicios de marzo  marcho al territorio de Las Tunas donde se detuvo para realizar una reorganización de la Brigada tunera ahora subordinada a él como Jefe del oriente. Calixto puso la dicha agrupación junto a la de Báguano y Jiguaní bajo las órdenes directas del General José Miguel Barreto. (El líder histórico de los hombres de Las Tunas, Mayor General Vicente García había pasado al Gobierno donde desempeñaba la Secretaría de la Guerra).  En respuesta a la presencia de Calixto y a sus acciones en la Brigada tunera, se insubordinó el coronel José Sacramento León,  alias “Payito”,  junto a otros hombres, lo que provocó el fusilamiento, por orden de Calixto, del Comandante Pedro Ignacio Castellanos de dicha Brigada y uno de los líderes del acto. A juicio de Vicente García, el descontento contra el General holguinero se debió a “sus arbitrariedades y errores” (Véase “Vicente  García. Mito y Realidad”.,  págs. (155-56, 159-161) “Payito” era considerado uno de los predilectos de Vicente García, entonces en un alto cargo en el Gobierno, lo que complicó políticamente aún más el desacato. Al final del proceso del Gobierno contra los sediciosos aquellos fueron amnistiados. De acuerdo a los informes de Calixto, detrás de Payito estaba la actividad de los cespedistas. Algunos aspectos del fondo de esta sedición véase en: “Carlos Manuel de Céspedes.  El Diario Perdido”, págs. 255-256y 263, anotaciones de los días 22 de diciembre de 1873 y 27 y 28 de Enero de 1874.

[2]La intuición de Calixto García acerca de la no vinculación de Vicente García a los hechos no era desacertada.  En cartas de R.P. Martínez a Vicente García del 20 de marzo de 1874 este le informaba al General tunero.
a)    “El disgusto entre los tuneros, pude decirse así, tuvo su origen en la disolución del 1er  cuerpo de Ejército y nombramiento de Vd. para la Secretaria de la Guerra (...) y por último corre la noticia que los talleres tenían orden de preparar con toda urgencia 300 fustes y todo el calzado posible para las fuerzas de Cuba, y que el Mayor Calixto García Iñiguez se proponía invadir el Valle de Guantánamo a la vez que el Mayor Gómez el Estado de la Villas. Esta noticia que si no es cierta, no carece de lógica, cayó entre los tuneros como una bomba a tiempo que el comandante Castellanos y comandante León se levantaban en desobediencia de la autoridad reconocida del mayor Calixto García Iñiguez, tal vez sin pensar en las consecuencia de un acto que no sancionaría la justicia aunque existiere el derecho y que la Patria misma no aprobaría si no fuera la idea salvadora”.  [Sic.] Véase: Archivo Nacional de Cuba. Fondo: Donativos y Remisiones, Legajo 475 número 31.
b)    “…cuando nos veamos le diré los motivos que me hicieron aconsejar a Payito que enviase por escrito las causas de su levantamiento al gobierno. Al hacerlo le dije que sólo debían concretarse al Mayor Calixto García Iñiguez, y después he visto con sorpresa que se extendieron a otros particulares y no con habilidad ni estudio (...) En lo que se refiere al Coronel Castellanos es para mí lo más notable y perjudicial.Ocúrreseme preguntar ¿tendrá derecho el Mayor Calixto García Iñiguez para pedir y juzgar en Consejo de Guerra a los que se acogen al indulto, por otras faltas que no sean el acto de deserción?” [Sic.] Véase: Archivo Nacional de Cuba. Fondo: Donativos y Remisiones, Legajo 475 número 32
Sin embargo la intuición de Calixto de la no vinculación de Vicente García a los hechos está en contradicción en el criterio de Fernando Figueredo en  su texto clásico“La Revolución de Yara” donde dice que a criterio del General holguinero detrás de Payito estaba “algún personaje de más importancia”, “aludiendo  Vicente García”, véase “La Revolución de Yara”, pág. 41

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