martes, 6 de noviembre de 2018

Calixto García Iñiguez - Correspondencia (Carta al Presidente de la República Carlos Manuel de Céspedes del 20 septiembre de 1872)



En: Archivo Nacional de Cuba. Academia de la Historia, Legajo 357 núm. 7 (Colección Céspedes, folio 71).
“La Güira de Barajagua”.                                              
Stbre [Septiembre] 20/72
C.[iudadano] Presidente Carlos Manuel de Céspedes.
Mi estimado y respetable amigo:
He tenido el gusto de recibir sus attas[atentas] fechas 8 y 10 del actual[1] sintiendo de todo corazón el mal estado de salud en que se encuentra, pero confío que pronto se restablecerá.
Doy a usted las más cumplidas gracias por el obsequio que se ha servido dispensarme, atendiendo a las indicaciones que le hice, relativos al amigo Peña.
Por mi anterior se habrá usted impuesto de las noticias que me pide y aunque tengamos que lamentar la pérdida de la Expedición Peralta[2], abrigo las más lisonjeras esperanzas de que este suceso no influirá gran cosa en la marcha general y progresiva de la Revolución. En el exterior no ha causado, según deduzco de las cartas particulares, notables efectos; y en cuanto a nuestra tropa, conserva un espíritu altamente satisfactorio.
He enviado un comisionado a recoger los efectos que se expresan en la orden que me acompaña para el Cap. Urbino, y tan luego como los reciba, aprovecharé la primera oportunidad para hacerlos llegar a su poder.
Ofrezco a Ud. las sugerencias de mi sincera estimulación.

Calixto G. Iñiguez



[1]La carta del día 10 es indispensable, por referirse nuevamente al problema planteado en la del 1 de agosto acerca de la necesidad de orden.  A la solicitud de Calixto García de que se le informasen casos concretos de violaciones en su jurisdicción, Céspedes respondió no poder indicarle “más que en general los excesos que se dicen cometidos en Guantánamo”, entonces bajo  el mando de Antonio Maceo.Véase “Carlos Manuel  de Céspedes.  Escritos”, tomo II Págs. 398-399. 
[2] La expedición del Fanny, comandada por Julio Grave de Peralta llegó a las costas de la entonces Capitanía pedánea de Sagüa de Tánamo, el 22 de junio de 1872.  Sorprendidos los expedicionarios por las tropas colonialistas, se perdieron  los pertrechos, muriendo en combate o fusilados, la mayoría de los revolucionarios, entre ellos Grave de Peralta, caído en combate en desigual enfrentamiento.

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