En:
Archivo Nacional de Cuba, Academia Historia, Legajo 358, núm. 50–A
“El
Pilón” Stbre[Septiembre] 4/72
C.[iudadano]
Carlos Manuel de Céspedes
Mi
estimado y distinguido amigo:
He
recibido con bastante atraso su atta.[atenta] fecha 1ro del ppdo.[próximo
pasado][1],
y a ella tengo el gusto de
referirme. Por mis anteriores
comunicaciones, se habrá Ud. impuesto del restablecimiento de mi salud y de
haberme hecho cargo nuevamente del mando, sintiendo profundamente no poder por
ahora emprender operaciones de importancia, a causa de la extremada carencia
de parque. Y a propósito de esto,
desearía que usase de su natural influencia para que el brigadier Pérez me
proporcionara alguno del que sospecho conserva.
Julio Grave de Peralta |
Respecto
a la expedición Peralta, tengo noticias de que se ha perdido totalmente, los
expedicionarios que se dirigen a ese gobrno,[gobierno] informarán a Ud. de los
detalles.
Debo
manifestarle, con referencia al Brigadier Luis Figueredo, que desearía verlo
colocado; pero se me presentan graves inconvenientes para su colocación. Tengo
la seguridad de que como 2do Jefe del Departamento no lo veía con agrado el
Brigadier Calvar; y mucha mayor repugnancia mostrarían para aceptarlo como 2do
de [Santiago de] Cuba algunos jefes que se consideran, acoso fundamentalmente
en este Dpto.[Sic.], con tanto o más derecho y aptitud para desempeñar ese
destino. Así pues para que, aun cuando
aludidos Jefes obedecerían puntualmente a cualquier disposición que emanara de
ese gobierno, la que se dictara, en este sentido podría originar serios
disgustos entre ellos, entorpeciendo la marcha y progreso de las operaciones.
Abundando
en los mismos sentidos de Ud. trabajo constantemente para mantener el orden y
la subordinación y hacer que impere la justicia y la legalidad. Estoy
íntimamente persuadido de las peligrosas consecuencias que ocasionan los abusos
que pueden cometerse a la sombra de una bandera que simboliza los inviolables y
sagrados derechos de nuestro pueblo; y a este respecto, estoy decidido a
castigar con mano enérgica a cualquier hecho que pudiera calificarse de
abusivo.
Hasta
ahora no he tenido noticias de ninguno efectuando en mi jurisdicción, y suplico
a Ud. que si ha llegado alguno a su conocimiento me lo manifieste para tomar
las medidas convenientes y no dejar impune el delito.
Como
anunció a Ud. en comunicación anterior, pensaba haber ido a recibir
instrucción de ese gobierno
personalmente, pero a mi regreso de la operación sobre Baire me vi atacado por
el enemigo, saliendo herido gravemente y por segunda vez el Teniente Coronel
Vidal que debía quedar encargado de la línea Oriental de Holguín, durante la
permanencia en la otra, del General Calvar, quedando, por consiguiente, sin
jefe la indicada línea Oriental. Este
desgraciado accidente y la urgente necesidad de organizar esta parte del Departamento
de [Santiago de] Cuba y establecer regularmente las comunicaciones, tanto con
la población, cuanto con las distintas zonas de mi jurisdicción, me han
impedido llevar a cabo mi propósito, pero he hablado larga y ampliamente con el
Setrio[Secretario] Bravo sobre varios asuntos de palpitante importancia y éste
le enterara de todo, confiando en que llegaremos a un perfecto acuerdo.
Las
comunicaciones que se me dirigen hágalas llegar al “Pilón” donde dejó
establecido un cordón para que los conduzca a mi residencia.
Aprovecho
la oportunidad para ofrecer a Ud. nuevamente mis respetos.
[1] La carta de Céspedes a la que
responde Calixto es muy citada por diferentes historiadores por el llamado de
atención hecho al Mayor General holguinero de que “como amigo y como
general, agradezco a usted la necesidad
de que haya orden, subordinación y justicia: es tiempo más que sobrado de que
desaparezca los abusos y excesos justo con los hombres que los cometen”.Este
llamado de atención, similares a otros hechos por Céspedes a otras
personalidades de la Revolución, se ha utilizado como argumento de que ello
enfrío las relaciones entre ambos patriotas y que motivó la acción de Calixto
García en Bijagüal en el día en que el Presidente fue depuesto de su cargo.//Véase
“Carlos Manuel de Céspedes. Escritos”.
Tomo II, pp. 384-385. Y para más consúltese: Fernando Portuondo. “La
deposición del Presidente Carlos Manuel de Céspedes”, en: “Dos fechas históricas”.
pp. 100-107; Hortensia Pichardo. “La
muerte de Céspedes”; en: “Sobre la guerra de los Diez años”, p. 212. Oscar Loyola y Diana Abad. “Historia de Cuba II. La Guerra de los Diez Años: Primera Guerra de
Liberación Nacional”, p. 195; Juan Casasús.
“Calixto García (El Estratega)” p. 68; José Abreu y Elia Sintes.
“Calixto García. Pensamiento y acción militar”, pp. 16-20.
No hay comentarios:
Publicar un comentario