martes, 6 de noviembre de 2018

Calixto García Iñiguez - Correspondencia (Carta al Presidente de la República Carlos Manuel de Céspedes del 4 de septiembre de 1872)



En: Archivo Nacional de Cuba, Academia Historia, Legajo 358, núm. 50–A

“El Pilón”  Stbre[Septiembre] 4/72

C.[iudadano] Carlos Manuel de Céspedes

Mi estimado y distinguido amigo:
He recibido con bastante atraso su atta.[atenta] fecha 1ro del ppdo.[próximo pasado][1], y  a ella tengo el gusto de referirme.  Por mis anteriores comunicaciones, se habrá Ud. impuesto del restablecimiento de mi salud y de haberme hecho cargo nuevamente del mando, sintiendo profundamente no poder por ahora emprender operaciones de importancia, a causa de la extremada carencia de parque. Y a propósito de esto, desearía que usase de su natural influencia para que el brigadier Pérez me proporcionara alguno del que sospecho conserva.
Julio Grave de Peralta
Respecto a la expedición Peralta, tengo noticias de que se ha perdido totalmente, los expedicionarios que se dirigen a ese gobrno,[gobierno] informarán a Ud. de los detalles.
Debo manifestarle, con referencia al Brigadier Luis Figueredo, que desearía verlo colocado; pero se me presentan graves inconvenientes para su colocación. Tengo la seguridad de que como 2do Jefe del Departamento no lo veía con agrado el Brigadier Calvar; y mucha mayor repugnancia mostrarían para aceptarlo como 2do de [Santiago de] Cuba algunos jefes que se consideran, acoso fundamentalmente en este Dpto.[Sic.], con tanto o más derecho y aptitud para desempeñar ese destino.  Así pues para que, aun cuando aludidos Jefes obedecerían puntualmente a cualquier disposición que emanara de ese gobierno, la que se dictara, en este sentido podría originar serios disgustos entre ellos, entorpeciendo la marcha y  progreso de las operaciones.
Abundando en los mismos sentidos de Ud. trabajo constantemente para mantener el orden y la subordinación y hacer que impere la justicia y la legalidad. Estoy íntimamente persuadido de las peligrosas consecuencias que ocasionan los abusos que pueden cometerse a la sombra de una bandera que simboliza los inviolables y sagrados derechos de nuestro pueblo; y a este respecto, estoy decidido a castigar con mano enérgica a cualquier hecho que pudiera calificarse de abusivo.
Hasta ahora no he tenido noticias de ninguno efectuando en mi jurisdicción, y suplico a Ud. que si ha llegado alguno a su conocimiento me lo manifieste para tomar las medidas convenientes y no dejar impune el delito.
Como anunció a Ud. en comunicación anterior, pensaba haber ido a recibir instrucción  de ese gobierno personalmente, pero a mi regreso de la operación sobre Baire me vi atacado por el enemigo, saliendo herido gravemente y por segunda vez el Teniente Coronel Vidal que debía quedar encargado de la línea Oriental de Holguín, durante la permanencia en la otra, del General Calvar, quedando, por consiguiente, sin jefe la indicada línea Oriental.  Este desgraciado accidente y la urgente necesidad de organizar esta parte del Departamento de [Santiago de] Cuba y establecer regularmente las comunicaciones, tanto con la población, cuanto con las distintas zonas de mi jurisdicción, me han impedido llevar a cabo mi propósito, pero he hablado larga y ampliamente con el Setrio[Secretario] Bravo sobre varios asuntos de palpitante importancia y éste le enterara de todo, confiando en que llegaremos a un perfecto acuerdo.
Las comunicaciones que se me dirigen hágalas llegar al “Pilón” donde dejó establecido un cordón para que los conduzca a mi residencia.
Aprovecho la oportunidad para ofrecer a Ud. nuevamente mis respetos.

Calixto G. Iñiguez




[1] La carta de Céspedes a la que responde Calixto es muy citada por diferentes historiadores por el llamado de atención hecho al Mayor General holguinero de que “como amigo y como general,  agradezco a usted la necesidad de que haya orden, subordinación y justicia: es tiempo más que sobrado de que desaparezca los abusos y excesos justo con los hombres que los cometen”.Este llamado de atención, similares a otros hechos por Céspedes a otras personalidades de la Revolución, se ha utilizado como argumento de que ello enfrío las relaciones entre ambos patriotas y que motivó la acción de Calixto García en Bijagüal en el día en que el Presidente fue depuesto de su cargo.//Véase “Carlos Manuel de Céspedes. Escritos”.  Tomo II, pp. 384-385. Y para más consúltese: Fernando Portuondo. “La deposición del Presidente Carlos Manuel de Céspedes”, en: “Dos fechas históricas”. pp. 100-107; Hortensia Pichardo.  “La muerte de Céspedes”; en: “Sobre la guerra de los Diez años”, p. 212.  Oscar Loyola y Diana Abad.  “Historia de Cuba II.  La Guerra de los Diez Años: Primera Guerra de Liberación Nacional”, p. 195; Juan Casasús.  “Calixto García (El Estratega)” p. 68; José Abreu y Elia Sintes. “Calixto García. Pensamiento y acción militar”, pp. 16-20.

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